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Elena Garro:


“Mi enemigo es Paz”, escribió la cuentista, novelista, dramaturga, guionista y periodista Helena Garro, refiriéndose al poeta Octavio Paz, con quien estuvo casada desde el año 1937 hasta el 1959, cuando le llegó el divorcio. Casada con el poeta mexicano, tuvo un romance con el escritor argentino Adolfo Bioy Casares mientras Octavio Paz mantenía otro con la pintora Bona Tibertelli de Pisis.

Elena Garro nació en México en el año 1916, hija de padre español y madre mexicana. En su adolescencia, quiso ser bailarina y actriz de teatro, pero finalmente se dedicó a las letras. Su obra se encuentra influenciada notablemente por Juan Rulfo, y por la literatura fantástica de la época. Sus primeros libros narrativos, la novela “Los recuerdos del porvenir”, de 1963, y el cuento “La semana de colores”, de 1964, son considerados, junto a los libros de Rulfo, los precursores del movimiento literario llamado realismo mágico.


En el año 1937 se casó con el poeta Octavio Paz, cuando ambos eran todavía estudiantes universitarios. Según escribió Elena Garro en sus memorias, se casó con el futuro premio nobel engañada, puesto que no sabía que la llevaban a su propia boda en un juzgado de la ciudad de México. Estuvo casada con Paz durante 22 años, aunque cuando se separaron ella siempre alegó que nunca había sido feliz, puesto que Octavio Paz no soportaba que lo opacaran como escritor. Durante la guerra civil española viajó a España junto a su esposo, entre los años 1936 y 1939. De este viaje escribió un libro sumamente crítico con los intelectuales republicanos que conoció en España. De acuerdo a sus memorias, el hombre de su vida fue el escritor Adolfo Bioy Casares, que estaba casado con la también escritora argentina Silvina Ocampo.

Se le acusó de ser espía del partido revolucionario institucional, PRI, y de acusar a una serie de intelectuales de ser los organizadores de las Manifestaciones de 1968 que desembocaron en la famosa noche de Tlatelolco. Aunque ella siempre negó las acusaciones, tuvo que marcharse a vivir a España debido a que fue condenada al ostracismo por los demás escritores de izquierda. De acuerdo a papeles desclasificados por el gobierno de los Estados Unidos, fue investigada por la CIA, debido a que, de acuerdo a la Agencia Central de Inteligencia, tuvo una entrevista secreta con Lee Harvey Oswald, que luego fue acusado de asesinar al presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy. Las acusaciones de espionaje durante el Movimiento Estudiantil del 1968 le significaron un silencio de más de diez años, mientras se encontraba viviendo en el continente Europeo. Vivió diez años más fuera de México, en los Estados Unidos y en Francia.

Las obras de Elena Garro son feministas, liberales, y son de tema fantástico. Su novela más significativa es “Los Recuerdos del Porvenir”, que transcurre durante la guerra cristera en Ixtepec. Las víctimas de esa novela son las mujeres, y su personaje principal es el general Francisco Rosas, un militar sanguinario que vive en un pueblo en el que no existe el tiempo, uniendo los mitos y tradiciones precolombinos con la realidad social y política de México de principios del siglo XX. El título de la novela refiere cómo es manejado el tiempo a lo largo de la historia.
Entre sus demás obras se encuentran:

-Un hogar sólido, teatro, 1957.
-Testimonios sobre Mariana, novela, 1981.
-La Casa junto al río, novela, 1983.
-Memorias de España 1937, libro de memorias, 1992.

Ganó el premio Xavier Villaurrutia por Los Recuerdos del Porvenir en el 1963, el Premio Grijalbo por “Testimonios sobre Mariana” en el 1981, el premio de narrativa colima para obra publicada en el 1996, y el premio sor Juana Inés de la Cruz en el 1996. De su novela Los Recuerdos del Porvenir, dijo Octavio Paz: “es una de las creaciones más perfectas de la literatura hispanoamericana contemporánea”. Sin embargo, sobre Octavio Paz, Elena Garro escribió: “Yo vivo contra él, estudié contra él, hablé contra él, tuve amantes contra él, escribí contra él y defendí indios contra él. Escribí de política contra él, en fin, todo, todo, todo lo que soy es contra él”. Tuvo solamente una hija de su matrimonio con Octavio Paz, la poeta escritora Helena Paz Garro. A pesar de ser una de las más importantes escritoras mexicanas y latinoamericanas, su muerte pasó desapercibida. Como era una fumadora empedernida, Elena Garro murió de cáncer del pulmón en Cuernavaca, el 22 de agosto del año 1998.

Las 10 mejores novelas latinoamericanas de todos los tiempos

Es sumamente difícil, prácticamente imposible, entregar un listado de las diez mejores novelas latinoamericanas de todos los tiempos. Es más difícil aún teniendo en cuenta que hablamos
de Novelas Latinoamericanas, es decir que no hablamos sólo de libros hispanoamericanos, por lo que cabrían en el ranking, por lo menos, las novelas brasileñas, escritas en portugués. Luego de ser ignorada por siglos debido al eurocentrismo propio de los colonialistas y los colonizados, la literatura de Latinoamérica (como un todo, no de manera individual a través de algunos escritores destacados) empezó a ser apreciada en el siglo XX como lo que es: uno de los más grandes legados culturales de todo un continente a la humanidad, debido a la diversidad, al sincretismo, la promiscuidad propia de una cultura mestiza cuyos grandes problemas se resolvían siempre a través de la imaginación.
     Pero vamos a ser, quizás por primera vez, esencialmente prácticos. Hay seis países latinoamericanos, cinco hispanoamericanos, en donde existe la mayor industria editorial de nuestra región, es decir, los países en los que más se venden libros. Esos países son: México, Colombia, Argentina, Chile, Perú y Brasil. Los hispanoamericanos son los cinco primeros, por supuesto. Las excepciones son Cuba y Uruguay, países en los que se leen muchos libros, que no es lo mismo a que se vendan muchos libros, debido a las limitaciones económicas y al tamaño del mercado en Cuba, y debido a la poca cantidad de habitantes en Uruguay, es decir, debido también al reducido tamaño de su mercado. Sin embargo, el volumen de lectores de esos dos países también ha provocado que tengan escritores de primera línea, con amplio reconocimiento internacional. De los seis países latinoamericanos en los que más se venden libros, cuatro ya tienen premios Nobel de Literatura: Chile (2), y Perú, Colombia y México uno cada cual. Es decir, que el que piense que las cosas, aún en el ámbito literario, artístico, suceden debido al azar, se encuentra muy equivocado.
     Los dos países restantes, Argentina y Brasil, no han tenido aún ningún Premio Nobel, pero todos sabemos que algunos escritores argentinos o brasileños han merecido ese premio con creces, desde Borges, Cortázar, Bioy Casares y Sábato en Argentina, hasta Jorge Amado, Joao Guimaraes Rosa o Clarice Lispector en Brasil. Sin contar la larga lista de excelentes escritores que no son tan conocidos como los mencionados, pero cuya obra, a veces injustamente anónima, podría ganar cualquier premio de este tipo.




     Pero en fin, que obviando una serie de grandes novelas latinoamericanas que merecen encontrarse en un hit parade de las mejores diez novelas de Latinoamérica, aquí está una posible lista, aunque de antemano sabemos que es puramente personal, arbitraria, injusta, reduccionista, y que obvia como regla las nuevas novelas, o por lo menos las relativamente recientes, debido a que no han pasado la criba asesina del tiempo. No se encuentran en orden numérico, lo que significa que la primera que se mencione no tiene que ser necesariamente la mejor, ni la última la peor. Aquí están diez, y cada quien puede realizar luego su particular conteo de diez, quizás muy diferente a éste:

-Pedro Páramo, Juan Rulfo.
-Cien Años de Soledad, Gabriel García Márquez.
-Conversación en la Catedral, Mario Vargas Llosa.
-La Vida Breve, Juan Carlos Onetti.
-El Siglo de las Luces, Alejo Carpentier.
-Un Mundo para Julius, Alfredo Bryce Echenique.
-Gran Sertón, Veredas, Joao Guimaraes Rosa.
-La Invención de Morel, Adolfo Bioy Casares.
-La Región Más Transparente, Carlos Fuentes.
-Rayuela, Julio Cortázar.

     Estamos dejando una cantidad de grandes novelas fuera de la lista, de Donoso, de Roa Bastos, de Rómulo Gallegos, de Jorge Amado, de Machado de Asís, de Miguel Ángel Asturias, etc., etc. Mea culpa, la lista era sólo de diez. Algo sumamente interesante es que no aparece ninguna escritora, lo cual se explica no debido a ninguna misoginia de mi parte, sino porque las mujeres en nuestros países prácticamente no escribían (debido a problemas sociales y culturales de prevalencia del hombre que no vamos a analizar aquí), y cuando lo hacían se dedicaban más bien a la poesía, lo que explica que Chile tenga una poeta Premio Nobel. El video lo explica mejor que estas palabras.

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