MAS SOBRE TONY REYES.


ESTE ES EL CATALOGO DEL PINTOR TONY REYES, RADICADO EN ESPANA, A QUIEN LE ESTA YENDO ESTUPENDAMENTE POR ALLA. ES SOBRE UNA EXPOSICION COLECTIVA, EN LA CUAL TONY TUVO UNA DESTACADA PARTICIPACION. ME PARECE QUE EN EL 2010 TENDRA UNA EXPOSICION EN LA REPUBLICA DOMINICANA, Y MAS ESPECIFICAMENTE EN LA CIUDAD DE SANTIAGO.
MUCHOS EXITOS Y MUCHOS ABRAZOS.

FAUSTO LEONARDO GANA PREMIO EN ROMA

Roma, (EFE).- El dominicano Fausto Antonio Leonardo Henríquez es el ganador del XXIX Premio Mundial Federico Rielo de Poesía Mística, concedido hoy en Roma, por su poemario "Gemidos del ciervo herido".Según el jurado del galardón, dotado con 7.000 euros, una medalla conmemorativa y la publicación de la obra, este conjunto de poemas expresa, "con dominio y destreza" literaria, "la superación, la esperanza y el gozo de lo divino en lo humano, y de lo humano en lo divino".Leonardo Henríquez, nacido en la República Dominicana en 1966, aunque afincado en Valencia (España), es sacerdote misionero de la Congregación de la Misión de San Vicente de Paul, además de miembro del Movimiento Literario Interiorista.En declaraciones a Efe, el poeta aseguró que el momento en el que le fue comunicada la concesión del premio a su obra poética fue "muy grato".Explicó que esta serie de poemas es "fruto de unos cinco o seis años de trabajo" y de distintas "etapas y vivencias de vida interior".En él "convergen la vida cotidiana, la vida de oración y la vida sacerdotal", dijo Leonardo Henríquez, quien leyó dos de sus composiciones tras la entrega del premio: "Dios creador" y "Súplica al Nazareno".El jurado también ha concedido una mención de honor al poeta camerunés Guy Merlin Nana Tadoun, por su poemario "Diálogo en voz baja".Se trata de una distinción extraordinaria que, según especificó el presidente de la Fundación Fernando Rielo, Jesús Fernández Hernández, sólo se ha concedido en cinco ocasiones desde 1981, el primer año en que se concedió este galardón, al que se pueden presentar obras escritas en español y en inglés.El camerunés "impresionó" a los miembros del jurado no sólo por su valía literaria y por el hecho de que el español no sea la lengua materna del autor, sino por "su compromiso con la africanidad y también con la españolidad", aseguró Fernández Hernández.La ceremonia de entrega tuvo lugar en la Embajada española cerca de la Santa Sede, en coincidencia con la onomástica de San Juan de la Cruz, patrono de los poetas en lengua española, y estuvo presidida por el prefecto de la Congregación para el Culto Divino, el cardenal Antonio Cañizares Llovera, quien afirmó que "también en el siglo XXI cabe la poesía mística".Cañizares ensalzó la figura del poeta y religioso español e indicó que, "en la noche oscura del ateísmo de nuestro tiempo, San Juan de la Cruz nos convoca a la experiencia de Dios".Al premio se han presentado 207 autores procedentes de veinte países distintos, de los que fueron seleccionados doce finalistas.Además de Leonardo Henríquez y de Nana Tadoun, optaban al galardón cinco poetas españoles, dos mexicanos, un cubano, un chileno y un estadounidense.

Elecciones en Honduras

Ya sabemos, porque los hechos lo han confirmado, que Estados Unidos estaba detrás del golpe de estado en Honduras. El Departamento de Estado de los Estados Unidos informó que enviaría "observadores" a las elecciones de este domingo, mientras que el Centro Carter se desligó completamente de la observación de las elecciones, así como la OEA y la mayoría de los países de la región. Pero Estados Unidos intenta validar con su presencia el escrutinio. Ya en las noticias de CNN Micheletti no es un "presidente de facto", sino un "presidente interino". Cuando pasen las elecciones, Estados Unidos dirá que fueron "limpias y transparentes", y presionará a algunos de sus aliados en la región, como Colombia, por ejemplo, para que mantengan relaciones diplomáticas y comerciales con el presidente "ganador". Y debemos recordar que todo ese teatro de mal gusto, en el que siempre pierde la gente, el pueblo, está montado por el gobierno de Barack Obama, flamante Premio Nobel de la Paz de este año. Ironía, decepción, realidad insoslayable? No, solamente la constatación de un hecho que todos sabíamos, el otorgamiento de un premio que el receptor aun no se merecía.

Antonio Tabucchi

El presidente del Senado italiano, Renato Schifani, le ha reclamado por vía judicial una indemnización astronómica, pero muy de moda entre los políticos italianos: 1.250.000 euros por un artículo publicado el año pasado en L'Unità.

"Ante las recientes persecuciones contra la prensa de oposición y este proceso a un escritor europeo, no podemos seguir asistiendo indiferentes y pasivos a la ofensiva del actual poder italiano contra la libertad de juicio, crítica e interpelación", dice la carta-manifiesto de Gallimard. "Ésta es la razón por la que manifestamos nuestra solidaridad con Antonio Tabucchi y os pedimos que os suméis firmando masivamente esta convocatoria".

"El crimen de Antonio Tabucchi", prosigue la carta, "es haber interpelado al señor Schifani, personaje central del poder berlusconiano, sobre su pasado, sus relaciones de negocios y sus dudosas frecuentaciones, problemas sobre los que él se niega a dar explicaciones", afirma Gallimard, que añade: "Preguntarse sobre el itinerario, la carrera y la biografía de un alto responsable público forma parte del necesario cuestionamiento y de las legítimas curiosidades de la vida democrática".

"Las democracias necesitan individuos libres, valientes, indisciplinados, creativos. Que se atrevan, que provoquen, que molesten. La libertad de escritura es indisociable de la idea de democracia", afirma también el texto. "De Voltaire y Hugo a Camus y Sartre, pasando por Zola y Mauriac, Francia y sus libertades saben lo que deben al libre ejercicio de su derecho a opinar y a su deber de alertar contra la opacidad, las mentiras y las imposturas del poder".

Con el apoyo del agente de Tabucchi (Pisa, 1943), Gallimard trata ahora de conseguir el mayor número posible de firmas contra una querella cuyo "único objetivo real", escribe, "es intimidar una conciencia crítica y, a través de ella, hacer callar a muchas".

Preguntado por el asunto por este diario en abril, Tabucchi expresó su preocupación "por el clima de censura y los ataques a la libertad de prensa" que vive su país. Según el autor de Sostiene Pereira, un "gran manto de silencio amenaza con cubrirlo todo" en Italia, dado el "creciente y grotesco control de la información que ejerce el Gobierno de Silvio Berlusconi".

Curiosamente, ayer mismo, un tribunal de apelación de París confirmó una condena de Giuliano Ferrara, ex portavoz de Berlusconi, por haber reproducido sin permiso, en su diario Il Foglio, un artículo de Tabucchi que estaba destinado a ser publicado en Le Monde. Ferrara deberá pagar 10.000 euros de multa, 12.000 euros más de daños a Tabucchi y 3.000 de costas. El artículo se titulaba Fatwa a la italiana y fue pirateado y enviado a Il Foglio por un corrector del diario francés.

Tomado del periódico español El País.

Tony Reyes en España.



Hay un joven artista de la plástica dominicana que está triunfando en España, específicamente en Palma de Mallorca. Se llama Tony Reyes. Lo conocemos bien porque trabajó mucho tiempo en Casa de Arte, en Santiago, hasta que se marchó a España a estudiar y trabajar en lo que es su verdadera vocación: la pintura. Aquí una pequeña muestra, que vamos a ir ampliando poco a poco, de lo que ha sido su trayecto europeo.

LA TENTACION DE LO IMPOSIBLE


En el último capítulo de su libro “La Tentación de lo Imposible”, un análisis sobre la novela “Los Miserables” de Víctor Hugo, Mario Vargas Llosa convierte toda su tesis literaria inicial en un manifiesto político. Para él, en las “sociedades abiertas”, es decir, en las democráticas, la ficción literaria no es más que una forma de entretenimiento, mientras que en las dictaduras, en los gobiernos de fuerza, “fascistas, comunistas, fundamentalistas, religiosos y dictaduras militares tercermundistas”, ya no es así. Debido a un proceso sociológico exterior, por supuesto, a la propia obra, la literatura se convierte en otra cosa, muta su percepción en el lector, cambia.

A través de una crítica hecha por Lamartine a “Los Miserables”, en la que el político francés se concentra en la visión de la sociedad de su época que presenta la novela, Vargas Llosa llega a esta conclusión, en un capítulo final que tiene el mismo título que todo su ensayo. La literatura es una forma de entretenimiento “si se quiere, superior”, reconoce, que saca al lector de su propia vida aburrida por algún tiempo, llevándolo a experimentar otra vida, otras realidades, o irrealidades, o a vivir fantasías interesantes, como alguna película taquillera de Hollywood.

Hace algún tiempo, en una conferencia sobre el poeta dominicano Franklin Mieses Burgos, Diógenes Céspedes nos recordaba algo importante: el capitalismo cree que el arte es entretenimiento, mientras que el comunismo cree que es educación, pedagogía. Como ambos sistemas no son ingenuos, podríamos cambiar un verbo de la frase y afirmar: el capitalismo quiere que el arte sea entretenimiento, y el comunismo quiere que sea educación. Y concluía Céspedes que ambos sistemas están equivocados con respecto a algo tan simple, tan humano, que todo artista sabe lo que es, instintivamente, o que todo artista sabe lo que no es. Existen varios acercamientos, varias tentativas. Susan Sontag nos dice que: "...en términos muy generales: el arte (y su elaboración) es una forma de conciencia". O Jean Luc-Godard:"los novelistas y los cineastas estamos condenados a analizar el mundo, lo real".

El hecho de que este libro, muy lúcido, muy enjundioso, termine con una declaración de este tipo, indica cómo las ideas políticas de Vargas Llosa están afectando su obra. Si el libro se hubiese quedado en lo estrictamente literario –puesto que recuperar las críticas sociológicas o políticas hechas a la obra en su momento, no tiene mucho sentido más o menos 150 años después, a no ser que haya un interés arqueológico- hubiese sido un estupendo ensayo. La ficción literaria como entretenimiento puro es una aspiración de la economía de mercado –puesto que toda forma de entretenimiento es manipulable, mercadeable, reductible a estadísticas- que las propias novelas de Mario Vargas Llosa desmienten con creces.

Feria del Libro de La Vega

LA VEGA (ANTENA) .- La Feria Regional del Libro, en su quinta edición, será celebrada el próximo mes de septiembre, en esta ciudad, como parte de la conmemoración del Centenario de Natalicio del Profesor Juan Bosch.

El evento tendrá lugar en el Parque Duarte, de esta localidad, del 21 al 27 de septiembre, con la participación de las 14 provincias del Norte, quienes ofrecerán una muestra de su cultura, arte, gastronomía, carnavales, artesanía y desarrollo general.

El anuncio fue hecho por el Secretario de Cultura, José Rafael Lantigua, en un encuentro realizado en esta ciudad, con la presencia de numerosos representativos de la comunidad y la prensa.

Lantigua dijo que La Vega será durante siete días la Capital Cultural de la República Dominicana, “con un evento de alta calidad que mostrará junto a una gran muestra bibliográfica, la riqueza cultural de esta rica región”.

Indicó que el evento será dedicado a don Juan Bosch, como parte de la conmemoración del centenario de su natalicio y por ser nativo de La Vega, agregando que se desarrollará un amplio programa con aspectos relacionados con la vida y la obra del autor de La Mañosa.

Señaló que esta ciudad será escenario de “una de las más hermosas fiestas culturales que se haya conocido en esta región, con un activo programa diario que incluye conferencias, coloquios, paneles, recitales, talleres, ciclos de cine, teatro, y una gran oferta bibliográfica, en alrededor de 100 espacios y casetas.

El titular de Cultura informó que en la Feria del Libro en La Vega participarán escritores, grupos artísticos y representaciones culturales y educativas de Santiago de los Caballeros, San Francisco de Macorís, Moca, Bonao, La Vega, Mao, Montecristi, Dajabón, Salcedo, Nagua, Samaná, Santiago Rodríguez, Cotuí y Puerto Plata.

Cada día se dedicará a dos o tres provincias diferentes y a escritores representativos de cada una de ellas, con la asistencia de los Gobernadores y Síndico de cada localidad, a más de los representativos culturales de las mismas.

“El protagonista es el libro, pero todas las expresiones culturales tendrán cabida en el evento, incluyendo el teatro, cine, danza, conciertos popular y clásicos, a más de importantes paneles, conferencias y presentaciones de libros de autores de la región”, informó el Secretario de Cultura.

El acto inaugural se realizará el lunes 21 de septiembre, con la presencia del Presidente Leonel Fernández. Se clausurará el domingo 27 con la entrega de premios y galardones y el anuncio de la sede de la feria regional en el 2010, que corresponderá al Este del país.




Franklin de Jesús Torre/JM

UN SIGNO.

Me parece que, ahora que se ha aprobado definitivamente en nuestro país el artículo 30 de la Constitución, lo más importante que se ha dicho en este blog acerca de ese problema -que va más allá de si se aprueba el aborto o no, de si el aborto terapéutico es o no es, puesto que tiene que ver con un problema de representatividad de nuestros congresistas con respecto a las personas que votan por ellos- es lo que fue publicado en el periódico El Nacional, sin firma, pero que me parece fue redactado por el señor director, don Radhamés Gómez Pepín. Es importante el debate sobre ese artículo, aún después de que ha sido aprobado, debido a que el PLD y el PRD son, supuestamente, partidos liberales, y sin embargo representan una agenda conservadora. Si el pueblo vota por partidos liberales, es para que defiendan agendas liberales, como sucede incluso en el país más ideologizado del mundo, los Estados Unidos: si la gente votó por Barack Obama, ya sabe a qué atenerse, sino, hubiese votado por un presidente conservador. Pero aquí no es así, ni tampoco en Argentina, por ejemplo, en donde Carlos Menem prometió una agenda económica liberal, y cuando ganó declaró que iba a cambiar su agenda económica por una neoliberal, a pesar de haberla combatido en la oposición. Si votamos por partidos liberales, es para que defiendan agendas liberales, porque si no, votamos por los conservadores, y ya. Entonces, así como la Iglesia Católica pasa factura, vamos nosotros también a pasarles factura a los legisladores que votaron a favor, para que haya algún equilibrio, ¿no?, porque nos engañaron, y porque así es la democracia. Aquí está lo que se escribió en el periódico El Nacional:

Si la opinión pública contara en algo se tomaría siquiera mínimamente en cuenta el resultado del sondeo digital de este periódico sobre el aborto. Nada menos que el 84.7 por ciento de los participantes favoreció la interrupción del embarazo por causas como violación, incesto o riesgo. Un signo muy elocuente, pero a la hora de la verdad la opinión que cuenta es la de la Iglesia Católica, que se opone a todo tipo de aborto. Bien se sabe que en muchos asuntos de interés general la opinión de la mayoría y ni siquiera la sensatez es lo que cuenta, sino los intereses particulares, principalmente de sectores tan influyentes como la Iglesia Católica. Pero en casos que atañen a la vida de criaturas y adultos, como esos embarazos problemáticos, se esperaba más sensatez de los congresistas y de los grupos de poder. Esa aplastante mayoría que favorece la interrupción del embarazo en casos dramáticos tendrá que conformarse con expresar lo que sentía, nada más. Sólo un milagro hará que se le pueda tomar en cuenta en un caso como el aborto.


Periódico "El Nacional", miércoles 22 de Julio de 2009.

Fernando Solanas y ética pública.

Fernando Solanas, director de cine y fuerte candidato presidencial en Argentina, luego de que en la administración de Carlos Menem le dieran seis tiros, propone lo siguiente: "La democratización de la democracia y la refundación de una práctica de la ética pública. Hay que inculcar desde las escuelas la conciencia de lo que te pertenece. Los bienes de un país son del pueblo, eso lo dicen todas las jurisprudencias clásicas. Administrados por el Ayuntamiento, que es el administrador del consorcio de propietarios... Pero es que un país es un consorcio de propietarios".

¨La Casa Inundada¨, de Felisberto Hernández:

En el libro “Cuentos Inolvidables Según Julio Cortázar¨, una recopilación de algunos de los cuentos que influenciaron la obra del escritor argentino, de acuerdo a sus propias referencias en sus ensayos y conferencias, se puede leer este cuento. En el libro se consigna además que Cortázar admiró a Hernández no solamente por este trabajo, sino también (lo hemos corroborado sin mucha dificultad) por los cuentos “Las Hortensias”, “Nadie Encendía las Lámparas”, y, en sentido general, por toda su obra. Sin embargo, la admiración desmedida de Cortázar, y otros escritores latinoamericanos importantes, por los cuentos de Hernández, no bastó para que su obra adquiriese seguidores, permaneciera en la memoria de los lectores.

     Felisberto Hernández era uruguayo. Nació en 1902 y murió en 1963. “La Casa Inundada” narra la historia de amor entre un escritor pobre (no sabemos si un alter ego del autor, aunque, debido a su atracción por la autobiografía, nos imaginamos que sí), y una mujer rica, obesa, excéntrica y medio loca. Es un cuento de tema fantástico: la historia transcurre en una casa que la propietaria, la mujer obesa y medio loca, hace inundar, de modo que sus habitantes la recorren (debe ser, dicho sea de paso, una propiedad enorme, inmensa) en botes, y los pasillos y las salas, los patios y las habitaciones son realmente pequeños ríos y pequeños lagos. Los pormenores de la vida cotidiana en una casa tan particular son tan importantes como la relación entre el escritor y la dueña. Es evidente que este cuento ha influenciado la obra de Cortázar, puesto que la idea de una presencia extraña que se adueña de una casa y esclaviza a sus habitantes (en este caso, por supuesto, esta presencia es el agua), se encuentra en “Casa Tomada” y en “Bestiario”, ambos del primer libro de cuentos de Julio Cortázar. 

     Lo que posiblemente asombró a Cortázar de este cuento, más allá de la idea original de una casa llena de agua, lo cual es insólito y novedoso, es la impavidez y la serenidad con que se encuentra narrado. A pesar del gusto reiterado de Hernández por la farsa y el humor, está contado como si no estuviese pasando nada extraordinario. El propio autor intenta convencernos de que el hecho de que la casa se encuentre inundada es simplemente una excentricidad de la dueña, informándonos que el arquitecto “también inundó otra para un árabe que quería desquitarse de la sequía del desierto”. La forma en la que los sirvientes y la dueña realizan sus actividades cotidianas es irrefutable (los muebles flotan montados sobre tubos de neumáticos; cada cierta distancia hay sapos de cerámica para atar los botes; hay filtrantes, motores que permiten que el agua fluya, etc.), pero me parece del todo inútil. Voy a explicar el porqué. En su ensayo “Explicación Falsa de mis Cuentos”, Felisberto Hernández escribió: “En un momento dado pienso que en un rincón de mí nacerá una planta”, pero la lógica en “La Casa Inundada” es demasiado importante, al igual que la racionalidad y la sensatez, y no encontramos en todo el cuento una frase tan feliz y surrealista como ésta. La idea primordial de una casa llena de agua, y cómo transcurriría la vida cotidiana en una propiedad así, es interesante, pero, si lo pensamos bien, trasciende realmente, luego de tanto tiempo transcurrido, por la influencia y la admiración que ha tenido sobre escritores como Julio Cortázar: una presencia malsana, diabólica, pero inexplicable, se adueña de una casa (lo que no sucede en “La Casa Inundada”, en la cual la presencia del agua es más o menos anodina, aunque la dueña manifieste una extraña obsesión hacia el líquido), sometiendo a sus habitantes al encierro y la servidumbre, como sucede en “Casa Tomada”, o la aparición del todo insólita del tigre de “Bestiario”, que recorre los cuartos obligando a sus habitantes a abandonarlos, cuya presencia peligrosa empieza siendo excentricidad para la familia esclavizada, pero al final se convierte en tormento y tragedia. Es posible que la interpretación del cuento de Felisberto Hernández haya estado por encima de lo que su obra en sí nos ha dado (a no ser, claro está, rareza e individualidad, algo que atrae a tanta gente hoy día), como sucedía constantemente con las obras admiradas por Jorge Luis Borges.

     Los cuentos de Hernández son extraños, sus ideas originales, pero algo les falta. Un lector como el autor de “Bestiario”, de tanta imaginación y generosidad, ha elevado “La Casa Inundada” a un sitial en el que se encuentran los posteriores cuentos de Julio Cortázar, no los de Felisberto Hernández.


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Andrés Acevedo

Andrés Acevedo: poeta infantil dominicano

Por Abersio Nunez
Diario DigitalRD.Com


New York.- A Andrés Acevedo lo conocí en ese Santiago natal que aún me resulta indiferente, pero que con Acevedo se me hizo un tanto más llevadero. No recuerdo concretamente las circunstancias en que lo conocí y adopté como mi familia extendida. Creé una complicidad; fraternidad casi infantil con Andrés.



Solíamos escaparnos al bar Colón, debajo del cine del mismo nombre y, regentado por los gallegos don Antonio Lomba Sobrino (fallecido) y su viuda doña Olga. Allí desayunábamos o tomábamos uno que otro cortado. A partir de ahí empezábamos a deambular las calles tristes de Santiago. Nunca teníamos paradero fijo.

Tanto Andrés como yo andábamos armados siempre de un clásico literario o un texto recién escrito que requeríamos corregir para enviar al periódico local: La Información o a alguno capitalino con alcance nacional. Frecuentaba, con Andrés, las diferentes exposiciones pictóricas, artesanales y literarias que tenían lugar en la Ciudad Corazón. Estos eventos, en la mayoría de las veces, estaban patrocinados por alguna marca licorista.

No olvido, jamás, el día en que en uno de estos encuentros Andrés y yo tomamos Brugal en cantidad industrial. Era como si compitiéramos. Nunca he sido gran tomador de ron, mucho menos mezclado. No obstante la situación, me quedaba aún algo de tino como para enviar en taxis a Andrés a su casa y, claro, yo regresar a la mía.

Al día siguiente, en cuanto desperté, atiné a llamar a Andrés para percatarme si al fin había sobrevivido a la borrachera ocasionada por el ron Brugal. Me respondió Andrés. Oh, Dios, estaba vivo, aunque su voz se proyectaba un tanto apagada y cansada. Me hizo algunos chistes, habituales en él. Era implacable al momento de referirse a algunos de los amigos o amigas de la fauna literaria.

Junto a Andrés conocí a muchos de los escritores y escritoras santiaguenses: el juglar por excelencia, Dionisio López Cabral (fallecido), Carmen Pérez Valerio, Ruth Acosta, Fernando Cabrera, Puro Tejada, Ramón Peralta, José Acosta, Jim Ferdinand (quien fuera mi alumno en UTESA), Máximo Vega, Enegildo Peña, José Adolfo Pichardo, Manuel Llibre Otero. Conocí también a tres mujeres formidables: a la patóloga y escritora Argelia Aybar, a la empresaria y visceral poeta mocana Carmen Comprés y a la siempre recordada Leyda Veras, sinónimo del río Yaque; a orillas del que nació, creció y tejió su maravilloso mundo poético.

Fue Andrés quien me presentó en el cabildo municipal de la Ciudad Corazón a Leo Núñez, quien fuera uno de los últimos genios de la plástica dominicana y, quien sería luego, además de compartir mi apellido y otras tantas afinidades, un hermano al que admiré, respeté y de quien aún continúo tratando de desentrañar el misterio y profundidad de sus míticos paisajes en sepia.

A raíz de la publicación en los periódicos La Información y Ventana, del Listín Diario, el artículo Andrés Acevedo: Poeta naif, el doctor Candelier contactó a Andrés con el propósito de establecer un encuentro conmigo. Recuerdo, como hoy, aquella luminosa y quieta mañana santiaguense en la que el profesor Candelier me entregó en el parqueo de la PUCMM varios de sus libros publicados. Al llegar a mi casa sentí gran regocijo al abrirlos y leer las dedicatorias que Candelier había escrito en cada uno de los títulos obsequiados.

El doctor Bruno Rosario Candelier es un excelente ensayista; es, además, el fundador del Movimiento Interiorista del que, en cierta forma, me siento parte integral. El doctor Candelier es, en los actuales momentos, el presidente de la Real Academia de la Lengua Española Dominicana.

Prometo, en mis próximas entregas, abordar la destacada labor poética y cultural que Andrés Acevedo, sin la arrogancia y contratiempos que los poetos y poetas que se torean el ruedo literario, confrontan. Me referiré a tres obras suyas: Arcoiris Derretido; Vuélvete mi niño y Leyendo versos para niños. Todas estas obras se dedican a recrear y fortalecer el mundo infantil, el que Andrés se resiste abandonar.

UN POEMA DE JOSE ACOSTA

ANTES DE LA LUZ

Me atormenta sobremanera esta casa
tan oscura
y más, el que no esté en mi destino encenderle
una lámpara.
He intentado arrojarle luciérnagas a sus
espejos, guiar el alba hasta sus ventanas,
atarla a otro horizonte fuera de la noche.

Pero todo es trunco, vano...
Rotos mis dedos buscan a tientas
algún rincón favorable para el fuego
alguna puerta posible para el día
o esa luz
de la que está hecha la tiniebla.

Temo que esta casa ya no exista
cuando se ilumine en el mundo
la existencia.

2 poemas de Amable Mejía

MEDICINA PARA DORMIR

Esperando un regreso el cansancio no se siente. Viene cuando se presiente que lo que se aguarda no vendrá, entonces se empieza a sentir realmente el cansancio, a cargar con el peso con el que cargará cada segundo, cada minuto, y a explicar luego a nadie desde una muda espera, tras mirar fijamente el polvo y la ausencia.

CONTRACORRIENTE

Un día mi hijo me preguntó por qué odiaba a su madre. No es que la odie, aunque lo intente, más bien, es la única manera que poseo de matar el amor que ella sintió por mí.

PREMIO ROMULO GALLEGOS

Boletín Nº5 del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos
27 de julio de 2009

Llega a Caracas el escritor colombiano William Ospina ganador de la XVI Edición del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos

El próximo martes 28 de julio llega a Caracas William Ospina, escritor colombiano ganador de la XVI Edición del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos con su obra El país de la canela.

Ospina recibirá el próximo domingo 2 de agosto, a las 4:00 p.m., en la Sala de teatro 1 de la Casa de Rómulo Gallegos, la medalla, el diploma y los cien mil euros a los que se hizo acreedor en esta edición del prestigioso galardón literario, en la que participaron 275 concursantes de 19 países de habla castellana. El Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, creado hace 45 años, es organizado por la Fundación Celarg, ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura.

En su veredicto, el jurado integrado por Humberto Mata y Enrique Hernández D' Jesús, de Venezuela; Graciela Maturo, de Argentina; Miguel Barnet, de Cuba, y Elena Poniatowska, ganadora de la XV edición, de México, señaló sobre la obra de Ospina “… se trata de una lectura interpretativa de los primeros viajes de los europeos por el Continente, con una fuerte proyección hacia el presente. Su excelencia literaria reside en la sólida estructuración de sus capítulos, su fluido lenguaje, que no hace alarde de erudición epocal, en su vuelo poético y en su ajustada eficacia narrativa y capacidad de atraer al lector. Es una obra inspirada en discursos coloniales, en particular los de Fernando González de Oviedo –admirado maestro del personaje narrador—que no escatima crudezas en los aspectos más criticables y brutales de la gesta hispánica, sin caer en burdas simplificaciones. Su mensaje supera dicotomías tales como hispanismo e indigenismo, abarca las contradicciones con espíritu humanista y asienta una ética de respeto a la cultura del otro”.

William Ospina, poeta, ensayista y traductor colombiano, nacido en Padua (Tolima) el 2 de marzo de 1954. Estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Santiago de Cali y trabajó como publicista y periodista entre 1975 y 1990. Ha dictado conferencias y realizado lecturas de su obra en distintas capitales del mundo, y publicado varios libros de ensayo, entre los que se destacan Es tarde para el hombre, Un álgebra embrujada, ¿Dónde está la franja amarilla?, La decadencia de los dragones, Herida en la piel de la diosa, Nuevos centros de la esfera y América mestiza. Es socio fundador de la revista Número y autor de cinco libros de poesía. En septiembre de 2005, Alfaguara publica Ursúa primera novela de una trilogía sobre los viajes al Amazonas en el siglo XVI. El país de la canela es la segunda y le sigue La serpiente sin ojos.

En El país de la canela William Ospina continúa su ambiciosa saga novelesca sobre la conquista española del continente americano. La narración está centrada en la expedición que descubrió y recorrió por primera vez el río Amazonas, partiendo del Perú. Organizada y dirigida al inicio por Gonzalo Pizarro, su finalidad era encontrar un fabuloso lugar en medio de la selva, con "interminables bosques de canela". En esa época la canela y las especias en general tenían casi tanto valor como el oro. El protagonista y narrador es Cristóbal de Aguilar, ficticio conquistador de segunda generación, hijo de una indígena y de uno de los más cercanos colaboradores de Francisco Pizarro, integrante de los Trece de la Isla del Gallo. Cristóbal participa en la mencionada expedición, un accidentado viaje de dieciocho meses en los que pasa hambre y todo tipo de penalidades, además de ser testigo de los peores abusos de los españoles.

Durante su estadía en Venezuela Ospina cumplirá con una completa agenda de compromisos que incluye conferencias, entrevistas, reuniones de trabajo con medios comunitarios y alternativos y visitas a comunidades organizadas.


Agenda de eventos en el marco del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos

Foro: Doña Bárbara, la ópera / Miércoles 29 de julio / Sala de lectura de la Biblioteca Isaac J. Pardo / 7:00 p.m. / Entrada libre / Con las ponencias de Felipe Sangiorgi y Leopoldo Márquez Muñoz-Tébar / Entrada libre.

Cátedra Rómulo Gallegos: Los paisajes llaneros. De Rómulo Gallegos al porvenir / Jueves 30 de julio / Sala de teatro 1 / 7:00 p.m. / Disertación magistral que realizará el geógrafo, docente e investigador social Pedro Cunill Grau / Entrada libre.

Acto de entrega de la XVI Edición del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos / Domingo 2 de agosto / Sala de teatro 1 / 4:00 p.m. / Entrada libre.

UN SIGNO

Si la opinión pública contara en algo se tomaría siquiera mínimamente en cuenta el resultado del sondeo digital de este periódico sobre el aborto. Nada menos que el 84.7 por ciento de los participantes favoreció la interrupción del embarazo por causas como violación, incesto o riesgo. Un signo muy elocuente, pero a la hora de la verdad la opinión que cuenta es la de la Iglesia Católica, que se opone a todo tipo de aborto. Bien se sabe que en muchos asuntos de interés general la opinión de la mayoría y ni siquiera la sensatez es lo que cuenta, sino los intereses particulares, principalmente de sectores tan influyentes como la Iglesia Católica. Pero en casos que atañen a la vida de criaturas y adultos, como esos embarazos problemáticos, se esperaba más sensatez de los congresistas y de los grupos de poder. Esa aplastante mayoría que favorece la interrupción del embarazo en casos dramáticos tendrá que conformarse con expresar lo que sentía, nada más. Sólo un milagro hará que se le pueda tomar en cuenta en un caso como el aborto.

Periódico "El Nacional", miércoles 22 de Julio de 2009.

Premio Nacional de Poesía

El libro de Frank Báez, ganador del Premio Nacional de Poesía de este año, no es un libro de poesía. Debido a cierto complejo de inferioridad que tenemos los dominicanos, y a nuestra inevitable insularidad, pensamos que el hecho de que sea premiado por un jurado en su mayoría extranjero le da cierta legitimidad, pero a veces es todo lo contrario. A veces uno se pregunta si la profunda crisis que vive la civilización occidental no tendrá su origen en una crisis cultural, en una crisis artística, en donde no hay límites ni fronteras, en donde cualquier cosa es poesía, cualquier cosa es arte, cualquier cosa es cualquier cosa. Y cualquier cosa se gana un Premio Nacional, con jurado internacional y todo.

Aquí tienen tres de sus poemas:

1
A tía Milagros que la enterraron en una tumba ajena del cementerio Cristo Redentor y que al día siguiente la desenterraron para sepultarla en el nicho que le correspondía

2
Al papá de Omar que caminó hacia San Cristóbal y se pegó un balazo antes de llegar


3
A Tomás que sufrió un derrame cerebral esperando un cliente en el aeropuerto



Son doscientos. Me parece que tres son más que suficientes.

LA ORGIA PERPETUA

En su libro La Orgía Perpetua, realmente tres ensayos sobre la Madame Bovary de Flaubert, el lector debe saber hablar español, y al mismo tiempo debe conocer el idioma francés. Mario Vargas Llosa, el autor, que es un buen escritor y al mismo tiempo un famoso escritor, una cosa rarísima en estos tiempos, es petulante en el libro, engreído, no sabemos si por inexperiencia, por inmadurez (tenía 39 años cuando lo publicó) o por afectación literaria. Una pena, puesto que su admiración por Flaubert parece ser muy profunda, y, sobre todo, sincera.

RENE RODRIGUEZ SORIANO

Les invitamos a la puesta en circulación de la novela "El Mal Del Tiempo", de René Rodríguez Soriano, este miércoles 8 de julio a las 6:30 p.m., en el Centro de la Cultura de Santiago. Además de poner a circular esta novela, René conversará con los asistentes sobre literatura, sobre todo acerca de su literatura y la literatura dominicana. Para más información, los interesados pueden llamar al Tel.: 809-226-5222

LA MUERTE DE MICHAEL JACKSON

Es difícil saber qué pensaba ese cantante y bailarín a la hora de morir, acostado en la cama de su mansión, agobiado por dolores físicos y espirituales. Como Marilyn Monroe, como Elvis Presley, como Jim Morrison, como cantidad de artistas y gente de la farándula, el medio que le daba de comer acabó por engullirlo. Un ser humano puede ser inmensamente infeliz a pesar de tenerlo prácticamente todo (por lo menos "todo" lo que nos ofrece la materia: comprarlo todo, tener toda la fama y la gloria), pero al mismo tiempo vivir en el vacío y la soledad. Aún no somos capaces de aceptar la diferencia, esa palabra tan de moda hoy día de democracias imperfectas: alguien realmente diferente es un fenómeno de circo, un "freak", como dicen despectivamente los norteamericanos. Una sociedad que vive de circos y de escapes peligrosos de la realidad (a través de los estupefacientes, de la fama que te justifica en una sociedad en la cual alguien anónimo está muerto), de gente que intenta llenar su vida vacía admirando hasta el delirio a alguien que trata de lidiar con su propio vacío. De gente que te juzga sin siquiera conocerte, que inventa fantasías felices o terribles sobre un ídolo a miles de kilómetros de distancia.
Paz a los restos de alguien diferente que quizás fue feliz solamente cuando escuchaba los gritos de admiración de un público dispuesto a amarlo incondicionalmente, y luego a odiarlo sin contemplaciones y sin piedad.

BOB DYLAN

Si, soy un ladrón de pensamientos,
un ladrón de almas no, os lo juro;
he construido y reconstruido
sobre lo que esta esperando
porque la arena de las playas
esculpe muchos castillos
sobre lo que ya estuvo abierto
antes de mi llegada
una palabra, una musiquilla, una historia, una línea,
llaves en el viento para que mi mente huya
y proporcionar a mis cerrados pensamientos una
[corriente de aire fresco;
no es lo mio, sentarme y meditar
perdiendo el tiempo preguntándome,
pensando pensamientos que nunca han sido
[pensados,
pensando sueños que nunca han sido soñados,
nuevas palabras que se armonizarían rimando...;
nuevas palabras que se armonizarían rimando...;
me importan un pito las reglas nuevas
puesto que aún no han sido fabricadas;
grito lo que suena en mi cabeza
sabiendo que yo y los de mi especie somos
los que haremos esas reglas...;
si la gente de mañana
tiene verdadera necesidad de las reglas de hoy,
fiscales del tribunal supremo, uníos,
el mundo no es mas que un tribunal,
si,
pero yo conozco los acusados mejor que vosotros
y mientras vosotros os dedicáis a juzgarlos,
nosotros nos dedicamos a silbar,
limpiamos la audiencia,
barriendo, barriendo,
escuchando, escuchando,
guiñandonos el ojo,
cuidado,
cuidado,
pronto os tocará a vosotros.

Bob Dylan

CONFUSION CON EL ARTICULO 30

De acuerdo a las opiniones que han aparecido en este blog sobre el articulo 30 de la Constitucion, parece que ha habido una lamentable confusion. En el articulo 30 no se habla sobre la legalizacion del aborto, que es ilegal en la Republica Dominicana. La iglesia catolica ha querido darle ese matiz a la situacion, pero el articulo no habla de eso. El aborto es ilegal en nuestro pais, porque hay una ley que lo prohibe. Si el aborto es legal o no, no deberia ser materia constitucional. Lo que sucede es que, tal como esta redactado el articulo, habria problemas en cuanto a preservar la vida de la madre por encima del feto (lo cual, me parece, aunque hubiese una discusion moral al respecto, es lo adecuado), y con algunas investigaciones cientificas. Debemos recordar que la iglesia catolica no esta de acuerdo ni siquiera con el uso de preservativos, ni con la masturbacion, y considera que no existe el aborto terapeutico. Reglas que no cumplen ni siquiera los propios catolicos. Es decir, la iglesia catolica vive en Belen con los pastores, mientras la realidad le pasa por encima. Lo que deberiamos buscar es siempre un equilibrio, nunca radicalizarnos, y por eso ese articulo, tal como esta, no debe ser aprobado, porque es radical y es danino. Y no se trata de legalizar el aborto, que el articulo, con sus cambios, no habla nada de eso.

MURIO MARIO BENEDETTI

Falleció el escritor uruguayo Mario Benedetti (prensa)


El escritor uruguayo Mario Benedetti en su estudio de Montevideo el 7 de enero de 2007. Poeta y novelista, Benedetti murió el 17 de mayo de 2009 a los 88 años en Montevideo, reportó la prensa uruguaya

El escritor y poeta uruguayo Mario Benedetti murió este domingo en su domicilio de Montevideo a los 88 años de edad, a once días de haber recibido el alta médica por una enfermedad intestinal crónica, según informaron medios de prensa locales.

Benedetti, había sido hospitalizado el pasado 24 de abril con una dolencia digestiva crónica que le originó sangrado de colon y una descompensación respiratoria.

El miércoles 6 de mayo fue dado de alta tras responder satiafactoriamente al tratamiento médico, en la que fue su cuarta internación hospitalaria durante 2009.

El más prolífico escritor uruguayo, integrante de la denominada 'Generación del 45', editó en setiembre pasado "Testigo de uno mismo", escrito en verso, y antes de su internación trabajaba en un nuevo libro de poesía bajo el nombre de "Biografía para encontrarme".

El Pozo de Onetti.*



“Hace un rato me estaba paseando por el cuarto y se me ocurrió de golpe que lo veía por primera vez. Hay dos catres, sillas despatarradas y sin asiento, diarios tostados de sol, viejos de meses, clavados en la ventana en el lugar de los vidrios”. Con estas palabras empieza Juan Carlos Onetti “El Pozo”, como si quisiera mostrarnos, con estas primeras líneas directas y desoladoras, la sordidez de la realidad en una novela en la cual los sueños, la imaginación, sirven de forma radical para escapar del mundo. Los sueños, que salvan al protagonista del suicidio o de la demencia, que pueblan otros relatos del autor, como aquel Sueño Realizado en el cual una mujer desahuciada logra morir siendo amada falsamente, teatralmente –como al final de un sueño que ha tenido, que trata de explicarnos pero que no entendemos; un sueño feliz –por un actor fracasado que se ve reflejado en la propia muerte que ayuda a representar, y que al final se hace realidad; o aquel nazi de “La Vida Breve”, que se inventa su propia existencia para alejarla de una degeneración de la que está plenamente consciente, mientras reconocemos que la vida inventada es tan miserable y vacía como la vida real. En El Pozo, el protagonista se convence de que sólo dos personas pueden comprenderlo, entender el sentido oculto de sus sueños: un poeta y una prostituta. Por supuesto, ninguno de ellos entiende lo que intenta transmitir –que es, en la novela, su única felicidad -, la comprensión de la aventura que su imaginación inventa le está prohibida a los demás.
Eladio Linacero empieza su autobiografía mínima, que es el libro que tenemos entre las manos, observando directamente la realidad, que no le depara ninguna belleza, ninguna visión agradable. “Las gentes del patio me parecieron más repugnantes que nunca”, nos dice, lo que significa que siempre le han resultado repugnantes. No se permite ningún atisbo de ternura: camina oliéndose alternativamente cada una de las axilas, lo cual le “hacía crecer (...) una mueca de asco en la cara”. Ha vivido mucho, nos dice en estas memorias, y aún así es una persona que sueña, que intenta escapar de la realidad a través de los sueños, lo que significa que, aunque ha tenido una vida intensa, no ha sido feliz. Frecuenta un prostíbulo para marineros, es amigo de un poeta a quien admira sinceramente, un poeta que tiene la ingenuidad y la prepotencia de un niño; acaso porque piensa que todos los poetas deberían ser así, no se ve a sí mismo como un buen escritor. Es demasiado consciente de la sordidez del mundo. Es un desencantado, pero esta frustración no lo ha convertido en un cínico, sino en un solitario, en un misógino. Vive miserablemente, aunque sabemos que no siempre ha vivido así, que simplemente no le interesa vivir de otra manera, aunque es posible que, si se esfuerza, logre disminuir su miseria. Pero no le interesa esforzarse. No le interesa el futuro, por lo que no alberga ningún tipo de esperanza; sabemos que las esperanzas siempre están proyectadas hacia el futuro.
Cuando Onetti escribió “El Pozo”, su primera novela, aún Albert Camus no había publicado “El Extranjero”, y no era un escritor conocido. “El Pozo” fue publicada en 1939, y “El Extranjero” en 1942. A pesar de las coincidencias, a veces extremas, entre los existencialistas y Onetti, no podríamos incluir a Onetti entre los escritores existencialistas. El propio Camus nunca se consideró a sí mismo un escritor existencialista. En el caso de “El Túnel”, de Ernesto Sábato, título de extraña coincidencia con El Pozo, sí podríamos hablar de influencias directas de Camus en Sábato, a quien podríamos considerar un discípulo de Camus y de Sartre. Pero Onetti no puede ser incluido en esa categoría. Sus personajes son fracasados o perdedores, no individuos alienados como el Meursault de El Extranjero de Camus, o el protagonista de El Túnel de Sábato, que prácticamente son individuos lobotomizados por la sociedad. Los personajes de Onetti son fracasados, perdedores incapaces de algún tipo de felicidad o de gozo, pero eso no significa que en el resto del mundo de Onetti no existan los exitosos o los felices. Su característica aproximación hacia esos perdedores, fracasados e infelices no intenta encajar a toda la humanidad en esa categoría única de la infelicidad y la desazón: sus personajes lo son, acaso el propio escritor lo fue, el resto del mundo no tiene que serlo.
A través de los sueños, Eduardo Linacero, protagonista y narrador de El Pozo, intenta recuperar una vida que ha perdido en la realidad. Eduardo Linacero es un individuo violento, a veces cruel, tosco y mezquino: en el mundo de las cosas reales, agredió sexualmente a una muchacha llamada Ana María cuando tenía quince o dieciséis años, una muchacha con la que a veces sueña haciendo el amor con su consentimiento, como si la imaginación pudiese reparar un intento atroz de mancillar a alguien que hubiese poseído a través del amor. Estuvo casado con una mujer llamada Cecilia, salió con ella un día de tormenta a la calle, en una rambla trató de recuperar su amor, repitiendo teatralmente el día de su boda, cuando la conoció joven y bella y feliz de casarse con él, llena de esperanzas inútiles que ambos han perdido: por ese gesto irracional, inmensamente poético, fue tildado de loco y llevado a juicio. Tiene una amante en la vida de los sucesos reales, se llama Hanka y él la ha desvirginizado; la desea, a veces, pero no la ama. Su verdadero amor es Ana María, a quien posee en una cabaña de troncos en Alaska, una imagen onírica que nunca habla y que siempre llega desnuda a través de una tormenta de nieve. Eduardo Linacero tiene la vida que desea tener, solamente a través de la imaginación.



¿Quién pudiese tener la vida que ha escogido libremente, quién puede abstraerse conscientemente del azar, y vivir totalmente como ha querido siempre vivir? ¿Si he sido traído a este mundo sin mi consentimiento, qué deberes debo tener con una vida que no he escogido? ¿Qué le debo a Dios, si es que existe, que me ha dado una vida que no he pedido? La libertad total, por lo tanto, es imposible a partir del propio nacimiento.
Toda la obra de Onetti refleja un escape cotidiano al mundo de la imaginación y de los sueños. Brausen, el nazi de “La Vida Breve”, escribe una novela, y en esa novela él es un personaje amargado con el nombre cambiado y una vida insignificante, aunque decente. En “Un Sueño Realizado”, una mujer que es la caricatura excéntrica de una anciana elegante (una mujer loca, nos dice el protagonista, loca quizás como Eduardo Linacero repitiendo teatralmente el momento de su boda con su esposa Cecilia Huerta) quiere morir feliz representando un sueño que tuvo en el que le dan un beso, en el que la acarician y se siente amada. Si acaso alguna desolación sentimos en las obras de Onetti, se debe no solamente al reconocimiento de esos perdedores antipáticos, lúmpenes, chulos, prostitutas que se mueven en un mundo promiscuo, viscoso, desastrado, sino en el hecho de que, entre líneas, sabemos que en ese mundo existen personas felices, exitosas, diferentes. Lázaro, el compañero de cuarto de Eduardo Linacero, es un fanático político de poca monta que es feliz debido a su incuestionable compromiso ideológico, y aunque vive en el mismo cuarto que él, comparte lo que él considera la miseria más total, ve a través de la misma ventana que él a unos niños que juegan a los que Linacero, incluso, considera desagradables y sucios, preguntándose cómo es posible que toda la gente pueda sentir amor por eso, Lázaro tiene esperanzas, quiere cambiar el mundo, ese hombre estúpido y miserable lo considera un fracasado. Acaso Lázaro es feliz porque vive también, a su manera, en un sueño, en una mentira. O como en Un Sueño Realizado, sabemos que el director de teatro se ha quedado en ese pueblo porque es un perdedor, porque es un mal director, porque es la caricatura de un productor exitoso, un hombre que es sólo imagen y fracaso –un fracasado que no sabe que lo es, como muchos de los personajes de Onetti, alguien que pudo ser y no fue, que se perdió lamentablemente en el camino; pero aún no sabe que está perdido, lo cual es más patético- pero también sabemos que tiene amigos en la capital que han triunfado, que son directores importantes y ganan mucho dinero; que tienen una vida a la que él es incapaz de acceder, aunque en este caso no ha abandonado la lucha, y quizás por esta misma razón no entiende el sueño de su clienta sofisticada y burda. O sabemos que “Juntacadáveres” recoge a aquellas prostitutas viejas, acabadas, al límite de sus carreras no sólo sexuales sino vitales, pero por ese mismo hecho reconocemos que alguna vez hubo glamour, hubo belleza, juventud, hubo algo parecido a la vitalidad y a la esperanza, subieron hasta la cima del vicio y la promiscuidad como si subieran al éxito y a la plenitud, para luego empezar a bajar penosamente, como lo hacemos todos, metáfora radical de la propia existencia humana.



Si acaso Eduardo Linacero hubiese entendido desde el principio que el poeta Cordes, un escritor que de verdad admiraba, no podría entender nunca sus sueños (los que Eduardo llama “aventuras”), entonces no hubiese terminado este viaje infeliz en el mundo de los sucesos reales en la más absoluta soledad. Lo hace en el peor momento posible: cuando Cordes lee uno de sus poemas extraordinarios. Se encuentran solos en el cuarto, son más amigos que nunca. Y entonces, nos confiesa Linacero, Cordes lee un poema. “Sus versos lograron borrar la habitación, la noche y al mismo Cordes”, nos cuenta, emocionado, Linacero: “Cosas sin nombre, cosas que andaban por el mundo buscando un nombre, saltaban sin descanso de su boca, o iban brotando porque sí, en cualquier parte remota y palpable”. Luego de aquella lectura prodigiosa, Linacero quiere estar a la altura de su amigo, e intenta contarle uno de sus sueños. Intenta una retribución que no se le ha pedido, pero la genialidad no es piadosa ni quiere ser compartida. Le ofrece su tesoro más preciado, le habla “lleno de alegría y entusiasmo”. Pero Cordes, como buen escritor, no lo entendió. Pensó que le contaba un argumento para un cuento, o alguna narración ya escrita, y se dio cuenta con una “expresión llena de lástima y distancia”, que esa historia nunca sería como el poema que le acababa de leer. No podemos culpar a Cordes por no poder entender lo que quería transmitirle su amigo, puesto que Linacero es incapaz de comunicarse con nadie. Todos sus intentos de comunicación son fallidos en la novela: Cecilia, su ex-esposa, lo considera un loco; la prostituta a la que se decide al principio a contarle sus aventuras piensa que es homosexual; Cordes, el poeta, confunde sus sueños con historias para cuentos mediocres. Sabemos que Cordes, equivocado, se encuentra encerrado en su propio talento extraordinario y su propia egolatría (es decir, Cordes, como buen poeta, es alguien que está hecho para expresarse, no para escuchar), pero sabemos también que Linacero no puede decir nada. Es como si no pudiese comunicarse, como si no hubiese aprendido a hablar. Su destino es el silencio y la soledad. Y esto es notable, debido a que Linacero escribe su propia historia, es decir que intenta comunicarnos a nosotros, los posibles lectores, su propia vida. A retazos, editada como con un puñal o unas tijeras implacables, pero intenta contarnos su autobiografía sin querer parecernos simpático, sin querer falsificar lo que realmente es, como si quisiese que supiéramos el ser desagradable en que se ha convertido, y cómo no le importa lo que pensemos de él los demás.
“Las extraordinarias confesiones de Eduardo Linacero”, nos dice Juan Carlos Onetti, una frase que parece un título de una novela de Italo Calvino. “Todo es inútil y hay que tener por lo menos el valor de no usar pretextos”, nos revela Eduardo Linacero. ¿Pero cómo se da este viaje desde los sueños hasta las palabras, desde la imaginación hasta el lenguaje? “Es siempre la absurda costumbre de darle más importancia a las personas que a los sentimientos”, nos confiesa Onetti: “Quiero decir: más importancia al instrumento que a la música”. Es decir: la novela nos descubre, leyéndola, aquello que ninguna epistemología puede revelar. “Se me enfrían los dedos de andar entre fantasmas”, escribe Linacero, tal es la capacidad poética de la prosa tersa y perfecta de Onetti. Pausada, lenta, reflejando el mundo pesado, cuajado, que rodea al protagonista. Pero todo es inútil, aún esta prosa cuidada y poética, aún toda la poesía. La verdad nunca lleva a la felicidad, nos dijo Marcuse. El final de la novela es el viaje de Eduardo Linacero hacia uno de sus sueños, específicamente aquél de la cabaña de troncos, el más reiterado en todo el libro; los sueños que nos salvan de la realidad que nunca podrá satisfacernos, insatisfacción crónica que se encuentra en nuestra propia naturaleza; la imaginación que nos salva de la soledad, del suicidio o de la demencia; Onetti, el escritor, creador por lo tanto de un producto de la imaginación que nos proyecta una realidad terrible de la que solamente se puede escapar a través de los sueños, más terrible que la propia realidad real por cuanto se concentra sólo en la desesperación, el fracaso y la soledad. Sus historias ensambladas como una caja china que descubre otra caja más pequeña, y otra más pequeña, hasta terminar en la caja más chica que descubre el verdadero contenido; pero qué tal si la última caja es mayor aún que la primera que abrimos, una maravilla, quizás menor, que solamente puede darse a través de la imaginación, como en esta novela, o a través de los sueños en los que podemos vivir una vida paralela y feliz, diferente pero irreal. Una vida que, al fin, hemos escogido libremente.


Máximo Vega.


*Ponencia leída en la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, a propósito del centenario del nacimiento de Onetti.

Articulo 30 de la constitucion

En el dia de hoy, el pais ha amanecido de luto. Desde hoy somos un pais fundamentalista. Hemos retrocedido 50 anos. Lo que se aprobo fue lo siguiente: si una mujer esta en peligro de muerte, y un medico le practica un aborto terapeutico, para salvar la vida de la madre, ese medico sera reo de homicidio, las enfermeras seran complices, el director del hospital o de la clinica tambien sera complice de homicidio, asi como los familiares de esa mujer, en caso de que autoricen ese aborto terapeutico. La mujer debe dejarse morir, sin tener ninguna voz ni voto, ninguna decision: debe morir porque si interrumpe su embarazo sera una homicida. Eso fue lo que aprobaron nuestros honorables legisladores.

Entonces viene la pregunta necesaria, imprescindible: Que hacer con una constitucion que uno piensa que no lo representa? Que hacer con una constitucion que uno no quiere cumplir?

ABORTO E HIPOCRESIA

Hace más de veinte años, en Argentina, una mujer embarazada estaba en peligro de morir, víctima de una enfermedad coronaria que provocaría su muerte debido al esfuerzo de dar a luz. La mujer trató de ventilar su caso en los tribunales, pero la ley era clara, demasiado precisa: el aborto estaba prohibido, esa persona debía morir inevitablemente, o realizarse un aborto clandestino, con el agravante de que, ya que su caso se había hecho público, el conocimiento de la interrupción del embarazo les acarrearía la cárcel, a ella y a los médicos que la atendieran. Al final, incapaz de ganar su caso, estigmatizada por los medios de comunicación, esa mujer falleció al parir, como habían predicho los doctores, y el niño que intentaba traer al mundo también murió con ella. ¿Quién se considera vencedor en este caso avergonzante y trágico? ¿Ganó Dios, la religión, el estado, la democracia?
El aborto debe ser aprobado para casos específicos, como éste, por ejemplo. Cuando la vida de la madre corre peligro, se debe permitir que esa madre tome la decisión de interrumpir el embarazo sin que su acto le acarree consecuencias legales. No es posible que una mujer se encuentre condenada a morir por el hecho de que la sociedad repruebe un acto que le salvará su propia vida. Esa mujer, condenada a morir por una ley que busca, supuestamente, “salvar vidas”, representa la realidad más dura y extrema de un tema que no ha sabido debatirse debidamente por la intromisión dogmática de la religión.
La mayoría de las voces que se oponen a esta clase de aborto terapéutico, son masculinas. Los hombres no están de acuerdo con la aprobación del aborto, pero los hombres no salen embarazados. La intromisión de la iglesia en las cuestiones de estado –la no separación entre la iglesia y el estado, en fin –provoca esta clase de confusiones y de debates estériles. Una sociedad verdaderamente democrática debe acostumbrarse a legislar para todo el mundo: para los musulmanes, para los ateos, los católicos, los mormones, los judíos. Las minorías deben ser protegidas en un estado verdaderamente democrático, puesto que la mayoría tenderá a avasallarlas. En una sociedad democrática se gobierna para todos, puesto que, al menos teóricamente –debemos puntualizar el aspecto teórico en estas sociedades tercermundistas-, en una democracia todos tenemos los mismos derechos. Una religión determinada –aunque sea mayoritaria –no puede esperar que se gobierne con leyes dirigidas a sus feligreses, pero que deben cumplir todos los demás. Los miembros de otras organizaciones religiosas, los independientes, los que quieren formar su propia secta, tienen el mismo derecho que los miembros de esa religión mayoritaria. Por supuesto, ninguna religión podrá entender esto, en principio, debido a su característico dogmatismo.
Pero una religión no necesita entender algo así. Le concedemos eso. Esa es la ventaja de tener un estado completamente laico: ni siquiera se estuviese debatiendo la presión descomunal de una iglesia determinada sobre la sociedad dominicana. El debate no recaería sobre la iglesia católica, sino sobre lo que verdaderamente interesa: el aborto, el derecho de la mujer a decidir sobre su propia vida. Ese debate sería más sincero, más justo, más abierto, y por lo tanto más democrático. Menos contaminado por ideologías medievales. Los políticos dominicanos han fallado (podríamos más bien decir: no les ha interesado) en estructurar un estado laico y democrático.
Yo no espero que los legisladores aprueben esto. No lo harán. Creer otra cosa es no conocer bien a nuestros legisladores. La reforma de la Constitución Dominicana ha llegado en mal momento. Lo que pretendía ser una constitución progresista, liberal, democrática a carta cabal, como deseaba el poder ejecutivo, se ha ido convirtiendo paulatinamente en un monstruo que legalizará la discriminación –a los homosexuales –la xenofobia –a los inmigrantes, pero sobre todo a los haitianos -, y que permitirá que, en “favor de la vida”, una mujer muera sin defensas ni apelaciones, por obra y gracia de un sacerdote que no se ha casado, que nunca se casará y que nunca tendrá familia –y que, claro está, no es una mujer embarazada.
El supuesto debate ético sobre la legalización del aborto no es tal. Es un chiste, un espectáculo. Se mete en un mismo saco todo tipo de aborto, pero se hace de una manera alevosa, con conocimiento de causa. Es muy sencillo decir en un programa de televisión, o de radio, o en el púlpito de una iglesia: Estamos a favor de la vida, estamos en contra del aborto. Es muy fácil, demasiado quizás, darle la espalda a la realidad, refugiarse en cánones obsoletos o en costumbres estériles, pero sumamente cómodas. Es muy sencillo dejar todo como está, aunque esté mal. Apostar a lo conocido, no tener ningún tipo de responsabilidad. Esa irresponsabilidad consuetudinaria es una característica común a todos nuestros debates y nuestras propuestas de cambio.
Por suerte para nosotros –Dios nos perdone –se seguirán practicando abortos ilegalmente, ahora con más asiduidad, porque todos sabemos que el aborto terapéutico se realiza en nuestros centros de salud, sin mucha alharaca, para no levantar la ira de alguna figura religiosa importante dominicana escapada del siglo XVIII. Aunque con el riesgo de perder sus vidas, debido al ocultamiento, a la clandestinidad, las mujeres se seguirán practicando abortos. La realidad –me parece que es sumamente difícil mostrarle la realidad a cierta gente, que vive en el limbo de los privilegios, o de los intereses –es que, a medida que las leyes contra el aborto son más fuertes, más estrictas, la cantidad de abortos aumenta, así como la muerte de mujeres que se lo practican en circunstancias deplorables. Esas muertes, por supuesto, no recaerán sobre las consciencias de ningún sacerdote, de ningún monseñor.
Los legisladores no aprobarán la legalización del aborto, ni siquiera de la muerte del embrión –porque eso es lo que es, no vamos a caer en eufemismos baratos –en circunstancias especiales, como lo sería el riesgo de muerte de la madre. La mujer no puede decidir si debe seguir viviendo, o no. Esa decisión les corresponde a los hombres, pero ni siquiera a sus maridos, a los padres de las criaturas, sino a los legisladores y, por supuesto, a uno que otro sacerdote católico. Esa es la sociedad que nos ha tocado padecer: una en la que un católico es mejor que yo, tiene más derechos que yo, y, claro está, aunque yo sea un creyente apasionado en un Jesús que me absolverá con más dulzura que a otros que se creen a las puertas de un cielo esquivo para algunas almas muertas, también encuentran el camino al corazón de nuestros legisladores con más propiedad que yo, tan desconocido, tan iconoclasta y tan rebelde.

Marcio Veloz Maggiolo en España.

“El que renuncia a sus tradiciones y no hace el esfuerzo por capacitar a su pueblo, compromete el futuro. Hay que decirle a la gente de dónde venimos, quiénes somos y hacia dónde vamos.”
Estas palabras, dichas en Santiago de Cuba, explican en buena medida por qué, además de justificar su presencia en esa urbe oriental para recibir el Premio Honorífico de narrativa José María Arguedas que le concediera en 2006 la Casa de las Américas y responder al convite a República Dominicana como País Invitado de Honor de la Fiesta del Fuego, Marcio Veloz Maggiolo apostó por un cónclave en el que los fulgores de la creación se hacen acompañar por reflexiones imprescindibles.
Veloz Maggiolo es hoy por hoy una de las figuras cimeras de las letras dominicanas, lo cual le fue reconocido al otorgársele en 1996 el Premio Nacional de Literatura por el conjunto de su obra.
Entre sus libros se cuentan La vida no tiene nombre (novela, 1965), Los ángeles de hueso (novela, 1967), Cultura, teatro y relatos en Santo Domingo (ensayo, 1972), De abril en adelante (novela, 1975), Medioambiente y adaptación humana en la prehistoria de Santo Domingo (1976), Apearse de la máscara (poesía, 1986), Intus (poesía, 1980), La biografía difusa de Sombra Castañeda (novela, 1982) Cuentos, recuentos y casicuentos (1986), Materia prima (protonovela) (novela, 1988), El hombre del acordeón (2003).
Como se observa, sus intereses literarios son varios y alcanzan tanto el campo de la ficción como el del pensamiento, esto último vinculado a su formación como antropólogo. Fue fundador del Departamento de Investigaciones Científicas del Museo del Hombre Dominicano y ha ocupado diversas cátedras universitarias en su país.
La novela que le hizo merecer el José María Arguedas, La mosca soldado, publicada dos años atrás del veredicto, resultó valorada, según consta en el acta del jurado, “por recuperar el universo del Caribe desde una perspectiva en que se funden la realidad y los mitos, la antropología y la investigación policial, ciertos vestigios de las culturas precolombinas y la tensión que establecen con el mundo de hoy”.
Antes, en un ejercicio sorprendente por parte de los 12 grupos editoriales que dominan el mercado español, La mosca soldado había sido seleccionada entre los mejores libros publicados en 2004 en lengua castellana, junto a 2666, del chileno Roberto Bolaño; Memoria de mis putas tristes, del colombiano Gabriel García Márquez; Castillos de cartón de la española Almudena Grandes; y Al morir Don Quijote, del también español Andrés Trapiello.
Al reflexionar sobre el éxito de su novela, Veloz Maggiolo le confesó a un colega cubano: “Creo que es una obra hecha con mucha calma; es una novela de un largo trabajo, en la cual cuidé notablemente la prosa. Creo que además del argumento, que es un rescate del pasado, de dos personajes que hablan del pasado y comienzan a rescatar momentos que la gente no creía, está hecha dentro de un ámbito de la poesía. Siempre he pensado que la novela y la poesía van de la mano. No quiere decir que eso tenga que ser obligatorio, pero el que tiene la capacidad o puede hacerlo, alcanza un público más sensible. Hay un público que va al argumento seco, sin ornamentación, pero hay el que va a una narrativa del sueño, en el que la metáfora es fundamental”.
Sin embargo, nada de eso incita la vanidad en este escritor, que más que en su obra personal, cree en la necesidad de establecer fluidos vasos comunicantes entre los países del área, de modo que las más valiosas producciones intelectuales se socialicen y contribuyan a dar sentido a las aspiraciones populares.
En tal sentido, centrándose en la problemática literaria, ha dicho: “No podemos consumirnos en nuestra propia salsa. Llegar a los mercados es lo más difícil. Siempre he dicho que hay cosas muy buenas en todas partes que si no llegan a los mercados nadie las conoce. Entonces, lo que nos pasa es que, lo dije en un poema, no tenemos trampolín. En estos momentos alguien puede estar dando un discurso fabuloso, tan importante como el discurso de Judas, y nadie sabe que lo está diciendo. El mercado no se rige por la estética. Eso es un problema serio. Frecuentemente se descubre a un escritor que tenía obras muy importantes y que nadie conocía. Yo creo que hay que hacer una gran editorial latinoamericana, por encima de las editoriales comerciales”.
En Santiago, Veloz Maggiolo ha sabido de los pasos iniciales del Fondo Cultural de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) y confía que más temprano que tarde iniciativas como esta favorezcan la circulación de la imaginación y el pensamiento latinoamericanos y caribeños.
“Estamos viviendo un momento muy especial en la región, con nuevos actores emergentes y mayor conciencia sobre las urgencias de la integración. Todo esto debe hacerse sin negociar ni un ápice nuestros auténticos perfiles culturales. En ello soy optimista.”

Tomado de www.casadeamerica.es
Existen algunas culturas resistentes al progreso, en países que se niegan a crecer económicamente debido a que son sumamente dependientes de la religión. De acuerdo al señor Laurence Harrison, investigador de la Fletcher School en los Estados Unidos, la cultura “iberocatólica” es la responsable de la mayoría de los problemas latinoamericanos. Países como Finlandia, Suecia, Noruega, Dinamarca, son luteranos, y muchos de sus ciudadanos son ateos o agnósticos, y al mismo tiempo son los países más desarrollados del mundo. Para que tengamos una idea de sus teorías, sacada de la realidad social, pone como ejemplo a Barbados y Haití: aunque tienen un origen africano común, Barbados se ha desarrollado porque adquirió sólidamente la cultura inglesa, por lo que hoy día sus habitantes son considerados ingleses negros, tienen democracia y justicia social. Haití no ha progresado debido a que su religión es el vudú. 

 No vamos ni siquiera a detenernos a refutar esta tesis extravagante, debido a que es científicamente improbable. Aún si obviamos el reduccionismo cultural que significa creer que solamente los países con una cultura europea –inglesa, para más señas –y con una religión luterana pueden alcanzar la democracia y el progreso material, debemos reconocer que pensar de esta manera indica una arrogancia y al mismo tiempo una ignorancia extremas. Creer, sinceramente, que un país como Haití, la nación más pobre del hemisferio occidental, el cuarto país más peligroso del mundo, ha llegado a tal estado de indigencia debido a que su religión es el vudú, no merece ser rebatido. No tiene ninguna consistencia sociológica, ninguna consistencia científica. La teoría reduccionista de las culturas resistentes al progreso, debido a su religión o a su resistencia a la penetración cultural, se encuentra desacreditada. 

 Lo que queremos realmente hacer notar al lector que, espero, ya se ha dado cuenta, es la manera en la que nos juzgan personalidades dudosas del primer mundo. Erigidos sobre una petulancia y, a la vez, una ingenuidad evidentes –la combinación más peligrosa en manos poderosas –que sólo puede hallarse en las logias que precisamente tratan de combatir –es decir, los fanáticos religiosos, que quieren convertir a las personas a pesar de ellas mismas, por mandato divino –una gran parte del poder de las sociedades del primer mundo piensa que la solución a los problemas de América Latina es la aceptación de la religión colonizadora, de la mentalidad colonizadora, de la forma de ser colonizadora, es decir: la penetración cultural. Los países de América Latina no progresan debido a que son reacios a dejarse penetrar culturalmente, porque se niegan a ser más ingleses, más finlandeses, acaso más daneses. La solución a la pobreza latinoamericana es la transculturación. La variedad cultural es negativa, los países subdesarrollados deben adquirir la cultura de los países ricos, para llegar al progreso y a la justicia social. Toda la cultura debería ser una sola: europea, atea, agnóstica, aceptamos también a los luteranos. 

 Pero este disparate ilustrado nos permite recalcar el principal problema de nuestros países del tercer mundo, incluyendo la República Dominicana: la corrupción. V. S. Naipaul, el premio nobel inglés nacido en Trinidad, en el Caribe, escribió algo que tiene total actualidad en nuestro días: en uno de sus libros, Miranda, un aventurero revolucionario criollo que intentó liberar a Venezuela de la colonización española algunos años antes que Simón Bolívar, se regocijaba de que algunos de sus generales fuesen codiciosos, debido a que, entonces, eran fáciles de controlar. Comprándolos, se agenciaba su fidelidad total. Esto sucede hoy día con nuestros políticos, cuyos problemas de gobernabilidad se resuelven con suma facilidad: se compra a los opositores, a través del propio poder o del dinero directo; los políticos se acercan al poder para obtener beneficios económicos, para hacerse ricos y, a través de su posición económica, obtener más poder. Estamos dirigidos por seres vencidos, que piensan que ya nada puede ser cambiado. En países en los que las normas éticas se han relajado de forma tan dramática, en los que debemos darles la mano con una sonrisa a ladrones reconocidos, que nos representan en el congreso o en los ayuntamientos, a veces inevitablemente, en los que debemos recibir un reconocimiento al lado de un corrupto prestigioso que nos palmea la espalda y nos tiene lástima por nuestra seriedad, no hay futuro ni hay progreso: el principal problema de la República Dominicana es la corrupción, la mentalidad del tigueraje y del más vivo, la elasticidad de normas éticas que nunca han existido, la contradicción entre el decir y el hacer. La corrupción del lenguaje, el engaño.




 ¿Es éste un problema cultural?, sí, pero de otra índole. La izquierda progresa en nuestros países latinoamericanos porque promete, y a veces lo cumple con creces, una transparencia en el manejo público irrefutable, porque promete seriedad y castigo, cero impunidad. Eso no tiene nada que ver con lo católico o lo protestante, con el vudú o la supuesta necesidad de convertirnos en europeos negros, en una pequeña isla del Caribe conquistada, colonizada, saqueada, invadida por aquellos imperialistas a los que debemos copiarles la cultura para progresar, porque es la mejor de todas las culturas. Para que suceda el progreso debe haber una clase política y empresarial que decida cambiar la realidad social, que por lo menos se aproxime a una ética y abandone las prácticas piratas del siglo XVIII, pero, lamentablemente, en estos momentos eso no existe. 

 Máximo Vega.

ENTREVISTA DE INGRID GONZÁLEZ A MÁXIMO VEGA PARA EL PERIÓDICO LA INFORMACIÓN.

Parte A:

1.- Una opinión sobre la importancia del patrimonio cultural en la República Dominicana.

Mucha gente no se da cuenta de la importancia de preservar el pasado. Cuando uno siente que un pasado le pertenece, que uno tiene una raíz, que hay una identidad que se debe preservar, uno se siente mejor consigo mismo, se siente parte de una patria. Preservar el patrimonio cultural significa preservar ese pasado, que nos demos cuenta de que pertenecemos a algo que nos identifica a todos. La culpa del deterioro de ese patrimonio cultural la tienen algunos empresarios, que por ganarse unos centavos destruyen lo que no es mercadeable, lo que no deja beneficios económicos, y el estado, que debe ponerle límites a esos empresarios que quieren destruir el pasado por el bien de lo más superfluo del mundo: el dinero. V. S. Naipaul, el escritor Premio Nobel de Literatura, menciona algo muy interesante: algunas personas sólo se sienten ricas si todos a su alrededor van en harapos.

2.- Importancia del rol de las instituciones culturales en Santiago.

Son importantes porque incentivan y promueven las actividades culturales, sobre todo las artísticas. Me parece que se debería trabajar más de cerca con la Secretaría de Estado de Educación, porque en las escuelas es que está la formación, que es lo que se necesita en este país.

3.- Importancia de la difusión de la literatura en el mundo de hoy.

Yo escribí una vez un ensayo en el que decía que, tal vez, llegue un momento en el que un escritor se dedique a preservar, como en una logia o una secta, las bibliotecas a las que poca gente acude. Que, como todos los demás estarán atareados en sus computadoras, en sus agendas personales, en sus celulares o en cualquier otro aparato que logre inventar el capitalismo, los escritores serán los dedicados a preservar la sabiduría a través de los libros impresos. Hoy día, un escritor tiene necesariamente que ocuparse de los temas fundamentales de nuestro tiempo, porque la muchedumbre no le pertenece al escritor: la masa le pertenece al mercado y a la materia. El cine, la televisión, se encargan de entretenernos, entonces los libros deberían ponernos a pensar.

4.- ¿Qué sientes al haber obtenido el premio Funglode?

Me siento muy satisfecho. Pero siempre he sido muy crítico con los concursos, que a veces aciertan, a veces no, y me parece que nuestra literatura es demasiado dependiente de los concursos. Lo que debería pensarse es si un libro es bueno o no es bueno, independientemente de que haya ganado tal o cual concurso. Hay gente que alaba un libro o un escritor porque ha ganado varios concursos, sin detenerse a leerlo y analizar si lo que ha leído vale la pena o no.

Parte B

Máximo Vega muy personal.

a. Libros favoritos.

Son muchos. Demasiados. Libros que me han hecho feliz: “Crimen y Castigo”, por ejemplo; “Cien Años de Soledad”, “Bestiario”. El “David: Biografía de un Rey” de Bosch, que es un libro que me gusta mucho, un clásico poco ponderado; “El Siglo de las Luces”, “La Muerte de Iván Ilich”, “La Invención de Morel”, “Luz de Agosto”, de Faulkner, una genialidad. “La Odisea” de Homero; me gusta La Odisea más que “La Ilíada”, porque es un libro de viajes, y mis libros siempre hablan sobre un viaje. “El Audaz Navegante y Otras Historias”, que es una antología de cuentos de Joao Guimaraes Rosa, “La Hora de la Estrella”, de Clarice Lispector. “El Pozo”, de Onetti, “El Asno de Oro” de Plinio Apuleyo, la “Rayuela” de Cortázar, la “Obra Completa” de César Vallejo, “Hay un País en el Mundo” de Pedro Mir, las “Meditaciones” de Marco Aurelio, “Otras Inquisiciones” de Borges, me gusta más el Borges ensayista. Me gusta mucho el último libro de poesía de José Acosta: “El Evangelio Según la Muerte”… y paro aquí, porque si continúo voy a llenar cien páginas.

b. Comidas favoritas.

Cualquier comida dominicana. Que sea bien simple, y bien dominicana.

c. Lugares en Santiago que calan en tu imaginación para escribir tus novelas y cuentos.

Todo lo que escribo transcurre en Santiago. Siempre me han parecido curiosos, por ejemplo, los cañoncitos de la guerra de independencia que hay en algunas esquinas de la ciudad; en la calle España con Máximo Gómez, por ejemplo, frente al local de La Sirena. Me gusta el aspecto viejo de la ciudad, lo que la gente llama “Centro Histórico”; me parece que el Ayuntamiento debería dedicarse a desarrabalizar algunas calles, como la peatonal General Cabrera, que se ha convertido en un desastre y que el Ayuntamiento no hace nada para corregir eso. Ya perdimos parte de Pueblo Nuevo por el mismo desastre, por ejemplo; el Ayuntamiento no hace nada. Pero, como yo casi siempre he vivido en los barrios de Santiago, también me gusta el aspecto caótico de esos barrios: los barracones, por ejemplo, porque cuando era pequeño recorría los escalones de tierra y los callejones y las lagunas y los arroyos sin saber adonde iba, imaginándome castillos y paisajes nuevos y lugares extraños. El estado no se da cuenta de que la solución a los problemas de esa gente no está en homogeneizar sus barrios, sino en mejorarlos sin que pierdan su identidad, sin que dejen de ser santiagueros. Pero el estado no entiende: quiere que vivamos como en España o en Estados Unidos. Y la gente quiere vivir en la República Dominicana, solo que mejor. También recuerdo los cines de Santiago, porque me gustaba mucho el cine: el Cine Lama, el Colón (con el bar Colón al lado, que lamentablemente desapareció), el Cine Doble, y los cines de barrio: el Cine Central, el Cine Las Colinas, el Ideal y el Jardín. Todo eso ya ha desaparecido.

d. Época del año que más te gusta.

No me he detenido nunca a pensar en eso. Como en este país todas las épocas del año se parecen, no puedo decir que tenga una favorita.

e. Un recuerdo de la infancia inolvidable.

Recuerdo que, en las mañanas, mi abuela me hacía un ponche de huevos con un molenillo de esos antiguos, porque en esa época casi nadie usaba licuadora eléctrica. Me llevaba a esperar la guagua de la escuela muy temprano, con una gorra en la cabeza y un abrigo, porque en las mañanas, antes, había mucha neblina y hacía frío. Esperábamos la guagua del colegio en una bomba de gasolina que tenía un muñeco inmenso de gomas Michelín encima del techo, y los compañeros de la guagua me decían Michelín, y después en la escuela todo el mundo me decía Michelín. Esa clase de recuerdos los transcribí en “El Mar”, la novela que ganó en Funglode.

f. La sensibilidad del escritor está en apertura las 24 horas del día. ¿Qué hechos o emociones te han inspirado algún cuento?

Siempre me ha movido lo que considero injusto, lo que está mal. A veces, lo que yo creo que está mal la mayoría de la gente de este país, que es mi país, no lo considera “malo”. Me mueve mucho la discriminación, por ejemplo, y el hecho de que la gente discrimina sin pensarlo, sin darse cuenta. V. S. Naipaul, a quien menciono mucho porque lo estoy leyendo, dice en uno de sus libros que mucha gente en la isla de Trinidad discriminaba a los hindúes, que vivían en condiciones terribles, y nadie se detenía a pensar que eso estaba mal, que no se debía hacer eso: la gente optaba por lo más sencillo y dejaba las cosas como estaban. En este país hay gente que se muere de hambre, y gente con muchísimo dinero a la que no le interesa si hay gente que se muere de hambre, es decir, que no se siente responsable de eso. La principal culpa es del estado, que no encuentra vías para solucionar esa tremenda desigualdad social, que se mueve en el limbo de resolver los problemas mientras vayan llegando. La discriminación racial, la discriminación debida a la preferencia sexual, la xenofobia. Pero la discriminación a un nivel filosófico: el hecho de que algunas personas se consideren superioras a otras, o que no se den cuenta de que todos los seres humanos son iguales. Es decir, gente que se considera, debido a razones culturales, existenciales, raciales o económicas, por encima de las demás, y se cree con el derecho a juzgarlas o a someterlas. Esas son las cosas que me mueven, sólo que a un nivel atemporal y existencial.

g. ¿Qué observaciones puedes hacer a las personas que desean dedicarse a escribir y a hacer literatura?

Que lean mucho. Lo fundamental es leer, conocer el lenguaje, aprender a pensar. Tener curiosidad por todo. Y aprender a expresarse: decir lo que uno quiere decir, tener la libertad de decir lo que uno quiera, aunque todo el mundo te diga que estás equivocado. No tiene gracia escribir lo que otros quieran que escribas: escribe lo que tú quieras decir. Y leer, por el placer de la lectura, enamorarse de los libros.

h. Un enfoque de la literatura en el mundo de hoy.

La literatura debe enfocarse en los problemas fundamentales de nuestro mundo. Debe tratar de sacarse de encima el estigma del entretenimiento. Un libro, un objeto que nos parece tan antiguo hoy día, un objeto tan anacrónico, debe llevarnos a pensar, a analizar el mundo. Simone de Beauvoir dijo una vez: El escritor no debe prometer un futuro feliz sino pintar al mundo tal cual es, para suscitar la voluntad de cambiarlo. Esas palabras parecen viejas, porque ya casi nadie quiere cambiar el mundo; bueno, para eso están los escritores. Toda la sabiduría se encuentra en los libros; toda la crítica, toda la voluntad de cambio. Y no hay nada más terco que un escritor. Si para algo debe servir la literatura de hoy, es para alertar: acerca de nuestra propia naturaleza, acerca de la injusticia, acerca del bien y el mal, acerca del lenguaje. Una revolución en la forma, en el lenguaje, también es una forma de cambio: la función del escritor es metafísica. La literatura debe tratar de cambiarlo todo, aunque el cambio sea imposible.

Rayuela

Capítulo 71

Morelliana

¿Qué es en el fondo esa historia de encontrar un reino milenario, un edén, un otro mundo? Todo lo que se escribe en estos tiempos y que vale la pena leer está orientado hacia la nostalgia. Complejo de la Arcadia, retorno al gran útero, back to Adam, le bon sauvage (y van...), Paraíso perdido, perdido por buscarte, yo, sin luz para siempre... Y dale con las islas (cf. Musil) o con los gurús (si se tiene plata para el avión Paris-Bombay) o simplemente agarrando una tacita de café y mirándola por todos lados, no ya como una taza sino como un testimonio de la inmensa burrada en que estamos metidos todos, creer que ese objeto es nada mas que una tacita de café cuando el mas idiota de los periodistas encargados de resumirnos los quanta, Planck y Heisenberg, se mate explicándonos a tres columnas que todo vibra y tiembla y está como un gato a la espera de dar el enorme salto de hidrógeno o de cobalto que nos va a dejar a todos con las patas pare arriba. Grosero modo de expresarse, realmente.
La tacita de café es blanca, el buen salvaje es marrón, Planck era un alemán formidable. Detrás de todo eso (siempre es detrás, hay que convencerse de que es la idea clave del pensamiento moderno) el Paraíso, el otro mundo, la inocencia hollada que oscuramente se busca llorando, la sierra de Hurqalya. De una manera u otra todos la buscan, todos quieren abrir la puerta pare ir a jugar. Y no por el Edén, no tanto por el Edén en si, sino solamente por dejar a la espalda los aviones a chorro, la cara de Nikita o de Dwight o de Charles o de Francisco, el despertar a campanilla, el ajustarse a termómetro y ventosa, la jubilación a patadas en el culo (cuarenta años de fruncir el baste pare que duela menos, pero lo mismo duele, lo mismo la punta del zapato entra cada vez un poco mas, a cada patada desfonda un momentito mas el pobre culo del cajero o del subteniente o del profesor de literatura o de la enfermera), y decíamos que el homo sapiens no busca la puerta para entrar en el reino milenario (aunque no estaría nada mal, nada mal realmente) sino solamente para poder cerrarla a su espalda y menear el culo como un perro contento sabiendo que el zapato de la puta vida se quedo atrás, reventándose contra la puerta cerrada, y que se puede ir aflojando con un suspiro el pobre botón del culo, enderezarse y empezar a caminar entre las florcitas del jardín y sentarse a mirar una nube nada mas que cinco mil años, o veinte mil si es posible y si nadie se enoja y si hay una chance de quedarse en el jardín mirando las florcitas.
De cuando en cuando entre la legión de los que andan con el culo a cuatro manos hay alguno que no solamente quisiera cerrar la puerta para protegerse de las patadas de las tres dimensiones tradicionales, sin contar las que vienen de las categorías del entendimiento, del mas que podrido principio de razón suficiente y otras pajolerias infinitas, sino que además estos sujetos creen con otros locos que no estamos en el mundo, que nuestros gigantes padres nos han metido en un corso a contramano del que habrá que salir si no se quiere acabar en una estatua ecuestre o convertido en abuelo ejemplar, y que nada esta perdido si se tiene por fin el valor de proclamar que todo esta perdido y que hay que empezar de nuevo como los famosos obreros que en 1907 se dieron cuenta una mañana de agosto de que el túnel del Monte Brasco estaba mal enfilado y que acabarían saliendo a mas de quince metros del túnel que excavaban los obreros yugoslavos viniendo de Dublivna. ¿Qué hicieron los famosos obreros? Los famosos obreros dejaron como estaba su túnel, salieron a la superficie, y después de varios días y noches de deliberaron en diversas cantinas del Piemonte, empezaron a excavar por su cuenta y riesgo en otra parte del Brasco, y siguieron adelante sin preocuparse de los obreros yugoslavos, llegando después de cuatro meses y cinco días a la parte sur de Dublivna, con no poca sorpresa de un maestro de escuela jubilado que los vio aparecer a la altura del cuarto de baño de su casa. Ejemplo loable que hubieran debido seguir los obreros de Dublivna (aunque preciso es reconocer que los famosos obreros no les habían comunicado sus intenciones) en vez de obstinarse en empalmar con un tunel inexistente, como es el caso de tantos poetas asomados con mas de medio cuerpo a la ventana de la sale de estar, a altas horas de la noche.
Y así uno puede reírse, y creer que no esta hablando en serio, pero si se esta hablando en serio, la risa ella sola ha cavado mas túneles útiles que todas las lágrimas de la tierra, aunque mal les sepa a los cogotudos empecinados en creer que Melp6mene es mas fecunda que Queen Mab. De una vez por todas seria bueno ponernos de desacuerdo en esta materia. Hay quizá una salida, pero esa salida debería ser una entrada. Hay quizá un reino milenario, pero no es escapando de una carga enemiga que se tome por asalto una fortaleza. Hasta ahora este siglo se escape de montones de cosas, busca las puertas y a veces las desfonda. Lo que ocurre después no se sabe, algunos habrán alcanzado a ver y han perecido, borrados instantáneamente por el gran olvido negro, otros se han conformado con el escape chico, la casita en las afueras, la especializaci6n literaria o científica, el turismo. Se planifican los escapes, se los tecnologiza, se los arma con el Modulor o con la Regla de Nylon. Hay imbéciles que siguen creyendo que la borrachera puede ser un metodo, o la mescaline o la homosexualidad, cualquier cosa magnifica o inane en sí pero estúpidamente exaltada a sistema, a llave del reino. Puede ser que haya otro mundo dentro de este, pero no lo encontraremos recortando su silueta en el tumulto fabuloso de los diez y las vidas, no lo encontraremos ni en la atrofia ni en la hipertrofia. Ese mundo no existe, hay que crearlo como el fénix. Ese mundo existe en este, pero como el agua existe en el oxigeno y el hidrogeno, o como en las paginas 78, 457, 3, 271, 688, 75 y 456 del diccionario de la Academia Española esta lo necesario pare escribir un cierto endecasílabo de Garcilaso. Digamos que el mundo es una figure, hay que leerla. Por leerla entendamos generarla. ¿A quién le importa un diccionario por el diccionario mismo? Si de delicadas alquimias, osmosis y mezclas de simples surge por fin Beatriz a orillas del río, ¿cómo no sospechar maravilladamente lo que a su vez podría nacer de ella? Que inútil tarea la del hombre, peluquero de si mismo, repitiendo hasta la nausea el recorte quincenal, tendiendo la misma mesa, rehaciendo la misma cosa, comprando el mismo diario, aplicando los mismos principios a las mismas coyunturas. Puede ser que haya un reino milenario, pero si alguna vez llegamos a el, si somos el, ya no se llamara así. Hasta no quitarle al tiempo su látigo de historia, hasta no acabar con la hinchazón de tantos hasta, seguiremos tomando la belleza por un fin, la paz por un desideratum, siempre de este lado de la puerta donde en realidad no siempre se esta mal, donde mucha gente encuentra una vida satisfactoria, perfumes agradables, buenos sueldos, literatura de alta calidad, sonido estereofónico, y por qué entonces inquietarse si probablemente el mundo es finito, la historia se acerca al punto optimo, la raza humana sale de la edad media pare ingresar en la era cibernética. Tout va tres bien, madame la Marquise, tout va tres bien, tout va tres bien.
Por lo demás hay que ser imbécil, hay que ser poeta, hay que estar en la luna de Valencia para perder mas de cinco minutos con estas nostalgias perfectamente liquidables a corto plazo. Cada reunión de gerentes internacionales, de hombres-de-ciencia, cada nuevo satélite artificial, hormona o reactor atómico aplastan un poco mas estas falaces esperanzas. E1 reino será de material plástico, es un hecho. Y no que el mundo haya de convertirse en una pesadilla orwelliana o huxleyana; será mucho peor, sera un mundo delicioso, a la medida de sus habitantes, sin ningún mosquito, sin ningún analfabeto, con gallinas de enorme tamaño y probablemente dieciocho patas, exquisitas todas ellas, con cuartos de baño telecomandados, agua de distintos colores según el día de la semana, una delicada atención del servicio nacional de higiene, con televisión en cada cuarto, por ejemplo grandes paisajes tropicales pare los habitantes del Reijavik, vistas de igloos pare los de La Habana, compensaciones sutiles que conformaran sodas las rebeldías, etcétera.
Es decir un mundo satisfactorio pare gentes razonables.
¿Y quedará en el alguien, uno solo, que no sea razonable?
En algún rincón, un vestigio del reino olvidado. En alguna muerte violenta, el castigo por haberse acordado del reino. En alguna risa, en alguna lagrima, la sobrevivencia del reino. En el fondo no parece que el hombre acabe por matar al hombre. Se le va a escapar, le va a agarrar el timón de la maquina electrónica, del cohete sideral, le va a hacer una zancadilla y después que le echen un galgo. Se puede matar todo menos la nostalgia del reino, la llevamos en el color de los ojos, en cada amor, en todo lo que profundamente atormenta y desata y engaña. Wishful thinking, quizá; pero esa es otra definición posible del bípedo implume.

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