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Jorge Luis Borges: Tlön, Uqbar, Orbis Tertius. Una interpretación

(Te recomendamos que primero te acerques al cuento antes de leer estas palabras. Este texto contiene citas y alusiones que es mejor consultar luego de la lectura del cuento original)



Tlön, Uqbar, Orbis Tertius es un cuento de Jorge Luis Borges publicado en la revista Sur en el año 1940. Luego apareció en tres libros diferentes: en la Antología de la Literatura Fantástica de ese mismo año, en El Jardín de los Senderos que se Bifurcan del año 1941, y al final en Ficciones, de 1944, volumen de cuentos definitivo en donde lo ha hallado la mayoría de sus admiradores. Aunque no tuvo muchos comentarios ni lectores cuando fue publicado, poco a poco, con el pasar de los años, se ha convertido en una obra de culto, y en uno de los cuentos más logrados de la historia de la literatura. Sin ninguna discusión.

Durante una conversación con el también escritor argentino Adolfo Bioy Casares, éste le dice a Borges que ha hallado en la Enciclopedia Británica un pueblo llamado Tlön, que se supone se encuentra tal vez en Irak o en Asia Menor. Pero revisando su propio ejemplar de la Enciclopedia, ninguno de los dos encuentra ninguna alusión a ese pueblo. De vuelta en su casa, Bioy Casares consulta su propia Enciclopedia Británica, y se da cuenta de que su ejemplar tiene 3 páginas más que se dedican a definir qué es el pueblo de Tlön. En las demás versiones de la Enciclopedia no aparece ninguna alusión a esa civilización. A partir de ese momento, la pesquisa por parte de Borges para hallar algunos pormenores de Tlön se convierte en una obsesión intelectual para él. Al final, años después, luego de muchos viajes, preguntas y lecturas, conversaciones con escritores, científicos y geógrafos, descubre qué es Tlön, qué es Uqbar y qué Orbis Tertius, pero no concluye allí su búsqueda, puesto que desea continuar investigando hasta su muerte, como lo han hecho otros investigadores obsesionados con Tlön, hasta el punto de que su investigación intelectual es más importante que la civilización en sí misma, debido a que ha descubierto que Tlön no es más que una creación literaria, una civilización ilusoria.

Tlön es una civilización imaginaria creada por una secta de intelectuales llamada Orbis Tertius. Uqbar es la ampliación y corrección de las imperfecciones de la primera escritura de Tlön.

 

 


Ahora bien, siempre debemos leer entre líneas cuando estamos delante no solamente de este cuento, sino de cualquier otro de Borges. El texto se encuentra escrito como si fuese más bien un ensayo, no una historia ficticia, y como si la pesquisa fuese una investigación que realiza cualquier académico interesado, si obviamos su carácter obsesivo. Además, tiene un lenguaje supuestamente discursivo. Aparecen en el cuento una serie de personajes reales, lo cual le da una sensación de verosimilitud a un texto que no es más que un cuento fantástico: Alfonso Reyes, por ejemplo, Bioy Casares, a quien ya mencionamos, Schopenhauer, el escritor argentino Carlos Mastronardi, y varios más. Es como si Borges hubiese escrito un ensayo sobre una historia fantástica, la crónica de una pesquisa que nunca existió.

Por ejemplo, al principio Borges le propone a Bioy Casares escribir una novela en primera persona cuyo narrador omitiera o desfigurara los hechos e incurriera en diversas contradicciones. Esa proposición es lo que propicia el recuerdo de Tlön por parte de Bioy Casares, lo que nos proporciona una posible clave del significado del cuento. Además, nos habla de un texto en el cual se tratara de desviar la atención del lector con diversos temas que lo alejaran de la verdadera trama y el verdadero mensaje, que solamente descubriría una cantidad muy limitada de lectores. Es decir, que al parecer nos está aclarando precisamente que distraerá nuestra atención para que no podamos entender lo que quiere decirnos, aunque al final una cantidad muy pequeña de personas hallará en el texto una serie de claves para entender su verdadero significado. Nos dice, al principio del texto, que los espejos y la cópula son abominables porque multiplican el número de los hombres. También los Cátaros, una religión surgida en el siglo XI en Europa, predicaba que los seres humanos no debían tener relaciones sexuales porque la cópula era la obra de Satanás, por lo que no comían carne ni ningún otro alimento proveniente de un animal, como los huevos, por ejemplo, porque provenían de la relación sexual. Para los Cátaros, Dios creó el cielo, la eternidad, el alma y todo lo perfecto, mientras que Satanás o un dios malvado creó el cuerpo, la carne, el mundo material, que es imperfecto y se corrompe. El Viejo Testamento fue escrito por ese dios malvado, el Nuevo Testamento por el verdadero Dios. Esa religión fue erradicada por una cruzada y por la inquisición, cuando empezó a crecer en la zona del Languedoc, lo que hoy se conoce como Francia y algunos países vecinos, durante la Edad Media.



Tlön es una civilización inexistente, que ideó un grupo de intelectuales llamado Orbis Tertius. Al principio ese grupo deseaba crear una ciudad, pero cuando la idea llegó al grupo en América, se decidió crear todo un planeta. Desde el momento de su idealización, generaciones de intelectuales pertenecientes a ese grupo secreto ha ido agregando y perfeccionando la historia, la geografía, la filosofía, etc., de Tlön, por lo que existe ya una versión ampliada y corregida llamada Uqbar. Ahora bien, para el lector el significado del cuento cambia cuando descubrimos, buscando fuera del texto (tal vez en Google, una facilidad que no tenían Borges o Bioy en 1941), que “Orbis Tertius” significa “El Tercer Mundo” en latín.

Lo que sabemos mientras continuamos leyendo el cuento, es que Borges pretende que Tlön y Uqbar son en realidad nuestra propia civilización, y que el planeta de Tlön es nuestro propio planeta, puesto que nos dice que la Tierra se convertirá en Tlön en poco tiempo, en muy pocas generaciones.

De acuerdo con Borges, Tlön es una civilización idealista. Para ellos el materialismo es una filosofía falsa y absurda. Además, sus filósofos no buscan la verdad y ni siquiera la verosimilitud: buscan el asombro. Es como sucede quizás hoy día, cuando toda nuestra realidad como ciudadanos occidentales la percibimos a través de imágenes y espectáculos. Mientras más asombrosa sea la imagen o el espectáculo, tendrá más éxito. La copia es más importante que el original, como escribió Feuerbach, citado por Guy Debord en su libro La Sociedad del Espectáculo (1967). El ser humano prefiere la ilusión a la realidad, por lo que Borges profetiza que en pocas generaciones el planeta Tierra se convertirá en Tlön. Como somos una civilización construida por la cultura, y como la humanidad ha olvidado que es un rigor de ajedrecistas, no de ángeles, al final nos convertiremos en Uqbar. Lo que quiere decirnos es que somos un orden creado por los propios hombres, no por circunstancias metafísicas. Borges repite que Tlön se encuentra construido con un orden humano, mientras que nuestra civilización por un orden divino. Es decir, desde el momento en que la humanidad abandone la idea de Dios, la idea de que hemos sido creados por un Dios o por dioses, estaremos preparados para convertirnos en Tlön. Ya podemos aceptar que hemos sido hechos por un orden cultural e intelectual, y entonces la civilización aceptará que ha sido creada por sí misma, al mismo tiempo que Borges se pregunta: ¿Cómo no someterse a Tlon, a la minuciosa y vasta evidencia de un planeta ordenado? (…) Tlön es un laberinto, pero es un laberinto urdido por los hombres, que está destinado a que lo descifren los hombres. Es decir, los secretos del mundo pueden ser descifrados y entendidos por los seres humanos, el universo no es un orden indescifrable que no admite comprensión.

Así pues, quizás hemos llegado al significado oculto que contiene este pueblo ilusorio: la civilización de Tlön y Uqbar es nuestra propia civilización. El planeta ilusorio de Tlön, creado por El Tercer Mundo, es nuestro propio planeta. Implica cierta clase de humor secreto por parte de un gran escritor de mentalidad aristocrática, decir que El Tercer Mundo cambiará todo el resto del planeta. No obstante, sí estamos de acuerdo con que hemos sido construidos por la cultura, por una vasta cadena de intelectuales, científicos, filósofos, pensadores, gobernantes, dictadores, imperios, políticos, empresarios, locos metafísicos, que han escrito de forma indeleble sus ideas en todos nosotros. Sus religiones, sus imágenes, sus creencias, su filosofía, sus descubrimientos, de manera que a través de los siglos se ha creado una civilización ilusoria que piensa que su metafísica es real y verdadera. Tlön somos nosotros mismos.

Como nos dice Borges, al final, refiriéndose a cómo aún se continúa con la creación de una civilización imaginaria que se cree real: Una dispersa dinastía de solitarios ha cambiado la faz del mundo. Su tarea prosigue.

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