¨La Casa Inundada¨, de Felisberto Hernández:

En el libro “Cuentos Inolvidables Según Julio Cortázar¨, una recopilación de algunos de los cuentos que influenciaron la obra del escritor argentino, de acuerdo a sus propias referencias en sus ensayos y conferencias, se puede leer este cuento. En el libro se consigna además que Cortázar admiró a Hernández no solamente por este trabajo, sino también (lo hemos corroborado sin mucha dificultad) por los cuentos “Las Hortensias”, “Nadie Encendía las Lámparas”, y, en sentido general, por toda su obra. Sin embargo, la admiración desmedida de Cortázar, y otros escritores latinoamericanos importantes, por los cuentos de Hernández, no bastó para que su obra adquiriese seguidores, permaneciera en la memoria de los lectores.

     Felisberto Hernández era uruguayo. Nació en 1902 y murió en 1963. “La Casa Inundada” narra la historia de amor entre un escritor pobre (no sabemos si un alter ego del autor, aunque, debido a su atracción por la autobiografía, nos imaginamos que sí), y una mujer rica, obesa, excéntrica y medio loca. Es un cuento de tema fantástico: la historia transcurre en una casa que la propietaria, la mujer obesa y medio loca, hace inundar, de modo que sus habitantes la recorren (debe ser, dicho sea de paso, una propiedad enorme, inmensa) en botes, y los pasillos y las salas, los patios y las habitaciones son realmente pequeños ríos y pequeños lagos. Los pormenores de la vida cotidiana en una casa tan particular son tan importantes como la relación entre el escritor y la dueña. Es evidente que este cuento ha influenciado la obra de Cortázar, puesto que la idea de una presencia extraña que se adueña de una casa y esclaviza a sus habitantes (en este caso, por supuesto, esta presencia es el agua), se encuentra en “Casa Tomada” y en “Bestiario”, ambos del primer libro de cuentos de Julio Cortázar. 

     Lo que posiblemente asombró a Cortázar de este cuento, más allá de la idea original de una casa llena de agua, lo cual es insólito y novedoso, es la impavidez y la serenidad con que se encuentra narrado. A pesar del gusto reiterado de Hernández por la farsa y el humor, está contado como si no estuviese pasando nada extraordinario. El propio autor intenta convencernos de que el hecho de que la casa se encuentre inundada es simplemente una excentricidad de la dueña, informándonos que el arquitecto “también inundó otra para un árabe que quería desquitarse de la sequía del desierto”. La forma en la que los sirvientes y la dueña realizan sus actividades cotidianas es irrefutable (los muebles flotan montados sobre tubos de neumáticos; cada cierta distancia hay sapos de cerámica para atar los botes; hay filtrantes, motores que permiten que el agua fluya, etc.), pero me parece del todo inútil. Voy a explicar el porqué. En su ensayo “Explicación Falsa de mis Cuentos”, Felisberto Hernández escribió: “En un momento dado pienso que en un rincón de mí nacerá una planta”, pero la lógica en “La Casa Inundada” es demasiado importante, al igual que la racionalidad y la sensatez, y no encontramos en todo el cuento una frase tan feliz y surrealista como ésta. La idea primordial de una casa llena de agua, y cómo transcurriría la vida cotidiana en una propiedad así, es interesante, pero, si lo pensamos bien, trasciende realmente, luego de tanto tiempo transcurrido, por la influencia y la admiración que ha tenido sobre escritores como Julio Cortázar: una presencia malsana, diabólica, pero inexplicable, se adueña de una casa (lo que no sucede en “La Casa Inundada”, en la cual la presencia del agua es más o menos anodina, aunque la dueña manifieste una extraña obsesión hacia el líquido), sometiendo a sus habitantes al encierro y la servidumbre, como sucede en “Casa Tomada”, o la aparición del todo insólita del tigre de “Bestiario”, que recorre los cuartos obligando a sus habitantes a abandonarlos, cuya presencia peligrosa empieza siendo excentricidad para la familia esclavizada, pero al final se convierte en tormento y tragedia. Es posible que la interpretación del cuento de Felisberto Hernández haya estado por encima de lo que su obra en sí nos ha dado (a no ser, claro está, rareza e individualidad, algo que atrae a tanta gente hoy día), como sucedía constantemente con las obras admiradas por Jorge Luis Borges.

     Los cuentos de Hernández son extraños, sus ideas originales, pero algo les falta. Un lector como el autor de “Bestiario”, de tanta imaginación y generosidad, ha elevado “La Casa Inundada” a un sitial en el que se encuentran los posteriores cuentos de Julio Cortázar, no los de Felisberto Hernández.


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Andrés Acevedo

Andrés Acevedo: poeta infantil dominicano

Por Abersio Nunez
Diario DigitalRD.Com


New York.- A Andrés Acevedo lo conocí en ese Santiago natal que aún me resulta indiferente, pero que con Acevedo se me hizo un tanto más llevadero. No recuerdo concretamente las circunstancias en que lo conocí y adopté como mi familia extendida. Creé una complicidad; fraternidad casi infantil con Andrés.



Solíamos escaparnos al bar Colón, debajo del cine del mismo nombre y, regentado por los gallegos don Antonio Lomba Sobrino (fallecido) y su viuda doña Olga. Allí desayunábamos o tomábamos uno que otro cortado. A partir de ahí empezábamos a deambular las calles tristes de Santiago. Nunca teníamos paradero fijo.

Tanto Andrés como yo andábamos armados siempre de un clásico literario o un texto recién escrito que requeríamos corregir para enviar al periódico local: La Información o a alguno capitalino con alcance nacional. Frecuentaba, con Andrés, las diferentes exposiciones pictóricas, artesanales y literarias que tenían lugar en la Ciudad Corazón. Estos eventos, en la mayoría de las veces, estaban patrocinados por alguna marca licorista.

No olvido, jamás, el día en que en uno de estos encuentros Andrés y yo tomamos Brugal en cantidad industrial. Era como si compitiéramos. Nunca he sido gran tomador de ron, mucho menos mezclado. No obstante la situación, me quedaba aún algo de tino como para enviar en taxis a Andrés a su casa y, claro, yo regresar a la mía.

Al día siguiente, en cuanto desperté, atiné a llamar a Andrés para percatarme si al fin había sobrevivido a la borrachera ocasionada por el ron Brugal. Me respondió Andrés. Oh, Dios, estaba vivo, aunque su voz se proyectaba un tanto apagada y cansada. Me hizo algunos chistes, habituales en él. Era implacable al momento de referirse a algunos de los amigos o amigas de la fauna literaria.

Junto a Andrés conocí a muchos de los escritores y escritoras santiaguenses: el juglar por excelencia, Dionisio López Cabral (fallecido), Carmen Pérez Valerio, Ruth Acosta, Fernando Cabrera, Puro Tejada, Ramón Peralta, José Acosta, Jim Ferdinand (quien fuera mi alumno en UTESA), Máximo Vega, Enegildo Peña, José Adolfo Pichardo, Manuel Llibre Otero. Conocí también a tres mujeres formidables: a la patóloga y escritora Argelia Aybar, a la empresaria y visceral poeta mocana Carmen Comprés y a la siempre recordada Leyda Veras, sinónimo del río Yaque; a orillas del que nació, creció y tejió su maravilloso mundo poético.

Fue Andrés quien me presentó en el cabildo municipal de la Ciudad Corazón a Leo Núñez, quien fuera uno de los últimos genios de la plástica dominicana y, quien sería luego, además de compartir mi apellido y otras tantas afinidades, un hermano al que admiré, respeté y de quien aún continúo tratando de desentrañar el misterio y profundidad de sus míticos paisajes en sepia.

A raíz de la publicación en los periódicos La Información y Ventana, del Listín Diario, el artículo Andrés Acevedo: Poeta naif, el doctor Candelier contactó a Andrés con el propósito de establecer un encuentro conmigo. Recuerdo, como hoy, aquella luminosa y quieta mañana santiaguense en la que el profesor Candelier me entregó en el parqueo de la PUCMM varios de sus libros publicados. Al llegar a mi casa sentí gran regocijo al abrirlos y leer las dedicatorias que Candelier había escrito en cada uno de los títulos obsequiados.

El doctor Bruno Rosario Candelier es un excelente ensayista; es, además, el fundador del Movimiento Interiorista del que, en cierta forma, me siento parte integral. El doctor Candelier es, en los actuales momentos, el presidente de la Real Academia de la Lengua Española Dominicana.

Prometo, en mis próximas entregas, abordar la destacada labor poética y cultural que Andrés Acevedo, sin la arrogancia y contratiempos que los poetos y poetas que se torean el ruedo literario, confrontan. Me referiré a tres obras suyas: Arcoiris Derretido; Vuélvete mi niño y Leyendo versos para niños. Todas estas obras se dedican a recrear y fortalecer el mundo infantil, el que Andrés se resiste abandonar.

UN POEMA DE JOSE ACOSTA

ANTES DE LA LUZ

Me atormenta sobremanera esta casa
tan oscura
y más, el que no esté en mi destino encenderle
una lámpara.
He intentado arrojarle luciérnagas a sus
espejos, guiar el alba hasta sus ventanas,
atarla a otro horizonte fuera de la noche.

Pero todo es trunco, vano...
Rotos mis dedos buscan a tientas
algún rincón favorable para el fuego
alguna puerta posible para el día
o esa luz
de la que está hecha la tiniebla.

Temo que esta casa ya no exista
cuando se ilumine en el mundo
la existencia.

2 poemas de Amable Mejía

MEDICINA PARA DORMIR

Esperando un regreso el cansancio no se siente. Viene cuando se presiente que lo que se aguarda no vendrá, entonces se empieza a sentir realmente el cansancio, a cargar con el peso con el que cargará cada segundo, cada minuto, y a explicar luego a nadie desde una muda espera, tras mirar fijamente el polvo y la ausencia.

CONTRACORRIENTE

Un día mi hijo me preguntó por qué odiaba a su madre. No es que la odie, aunque lo intente, más bien, es la única manera que poseo de matar el amor que ella sintió por mí.

PREMIO ROMULO GALLEGOS

Boletín Nº5 del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos
27 de julio de 2009

Llega a Caracas el escritor colombiano William Ospina ganador de la XVI Edición del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos

El próximo martes 28 de julio llega a Caracas William Ospina, escritor colombiano ganador de la XVI Edición del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos con su obra El país de la canela.

Ospina recibirá el próximo domingo 2 de agosto, a las 4:00 p.m., en la Sala de teatro 1 de la Casa de Rómulo Gallegos, la medalla, el diploma y los cien mil euros a los que se hizo acreedor en esta edición del prestigioso galardón literario, en la que participaron 275 concursantes de 19 países de habla castellana. El Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, creado hace 45 años, es organizado por la Fundación Celarg, ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura.

En su veredicto, el jurado integrado por Humberto Mata y Enrique Hernández D' Jesús, de Venezuela; Graciela Maturo, de Argentina; Miguel Barnet, de Cuba, y Elena Poniatowska, ganadora de la XV edición, de México, señaló sobre la obra de Ospina “… se trata de una lectura interpretativa de los primeros viajes de los europeos por el Continente, con una fuerte proyección hacia el presente. Su excelencia literaria reside en la sólida estructuración de sus capítulos, su fluido lenguaje, que no hace alarde de erudición epocal, en su vuelo poético y en su ajustada eficacia narrativa y capacidad de atraer al lector. Es una obra inspirada en discursos coloniales, en particular los de Fernando González de Oviedo –admirado maestro del personaje narrador—que no escatima crudezas en los aspectos más criticables y brutales de la gesta hispánica, sin caer en burdas simplificaciones. Su mensaje supera dicotomías tales como hispanismo e indigenismo, abarca las contradicciones con espíritu humanista y asienta una ética de respeto a la cultura del otro”.

William Ospina, poeta, ensayista y traductor colombiano, nacido en Padua (Tolima) el 2 de marzo de 1954. Estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Santiago de Cali y trabajó como publicista y periodista entre 1975 y 1990. Ha dictado conferencias y realizado lecturas de su obra en distintas capitales del mundo, y publicado varios libros de ensayo, entre los que se destacan Es tarde para el hombre, Un álgebra embrujada, ¿Dónde está la franja amarilla?, La decadencia de los dragones, Herida en la piel de la diosa, Nuevos centros de la esfera y América mestiza. Es socio fundador de la revista Número y autor de cinco libros de poesía. En septiembre de 2005, Alfaguara publica Ursúa primera novela de una trilogía sobre los viajes al Amazonas en el siglo XVI. El país de la canela es la segunda y le sigue La serpiente sin ojos.

En El país de la canela William Ospina continúa su ambiciosa saga novelesca sobre la conquista española del continente americano. La narración está centrada en la expedición que descubrió y recorrió por primera vez el río Amazonas, partiendo del Perú. Organizada y dirigida al inicio por Gonzalo Pizarro, su finalidad era encontrar un fabuloso lugar en medio de la selva, con "interminables bosques de canela". En esa época la canela y las especias en general tenían casi tanto valor como el oro. El protagonista y narrador es Cristóbal de Aguilar, ficticio conquistador de segunda generación, hijo de una indígena y de uno de los más cercanos colaboradores de Francisco Pizarro, integrante de los Trece de la Isla del Gallo. Cristóbal participa en la mencionada expedición, un accidentado viaje de dieciocho meses en los que pasa hambre y todo tipo de penalidades, además de ser testigo de los peores abusos de los españoles.

Durante su estadía en Venezuela Ospina cumplirá con una completa agenda de compromisos que incluye conferencias, entrevistas, reuniones de trabajo con medios comunitarios y alternativos y visitas a comunidades organizadas.


Agenda de eventos en el marco del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos

Foro: Doña Bárbara, la ópera / Miércoles 29 de julio / Sala de lectura de la Biblioteca Isaac J. Pardo / 7:00 p.m. / Entrada libre / Con las ponencias de Felipe Sangiorgi y Leopoldo Márquez Muñoz-Tébar / Entrada libre.

Cátedra Rómulo Gallegos: Los paisajes llaneros. De Rómulo Gallegos al porvenir / Jueves 30 de julio / Sala de teatro 1 / 7:00 p.m. / Disertación magistral que realizará el geógrafo, docente e investigador social Pedro Cunill Grau / Entrada libre.

Acto de entrega de la XVI Edición del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos / Domingo 2 de agosto / Sala de teatro 1 / 4:00 p.m. / Entrada libre.

UN SIGNO

Si la opinión pública contara en algo se tomaría siquiera mínimamente en cuenta el resultado del sondeo digital de este periódico sobre el aborto. Nada menos que el 84.7 por ciento de los participantes favoreció la interrupción del embarazo por causas como violación, incesto o riesgo. Un signo muy elocuente, pero a la hora de la verdad la opinión que cuenta es la de la Iglesia Católica, que se opone a todo tipo de aborto. Bien se sabe que en muchos asuntos de interés general la opinión de la mayoría y ni siquiera la sensatez es lo que cuenta, sino los intereses particulares, principalmente de sectores tan influyentes como la Iglesia Católica. Pero en casos que atañen a la vida de criaturas y adultos, como esos embarazos problemáticos, se esperaba más sensatez de los congresistas y de los grupos de poder. Esa aplastante mayoría que favorece la interrupción del embarazo en casos dramáticos tendrá que conformarse con expresar lo que sentía, nada más. Sólo un milagro hará que se le pueda tomar en cuenta en un caso como el aborto.

Periódico "El Nacional", miércoles 22 de Julio de 2009.

Premio Nacional de Poesía

El libro de Frank Báez, ganador del Premio Nacional de Poesía de este año, no es un libro de poesía. Debido a cierto complejo de inferioridad que tenemos los dominicanos, y a nuestra inevitable insularidad, pensamos que el hecho de que sea premiado por un jurado en su mayoría extranjero le da cierta legitimidad, pero a veces es todo lo contrario. A veces uno se pregunta si la profunda crisis que vive la civilización occidental no tendrá su origen en una crisis cultural, en una crisis artística, en donde no hay límites ni fronteras, en donde cualquier cosa es poesía, cualquier cosa es arte, cualquier cosa es cualquier cosa. Y cualquier cosa se gana un Premio Nacional, con jurado internacional y todo.

Aquí tienen tres de sus poemas:

1
A tía Milagros que la enterraron en una tumba ajena del cementerio Cristo Redentor y que al día siguiente la desenterraron para sepultarla en el nicho que le correspondía

2
Al papá de Omar que caminó hacia San Cristóbal y se pegó un balazo antes de llegar


3
A Tomás que sufrió un derrame cerebral esperando un cliente en el aeropuerto



Son doscientos. Me parece que tres son más que suficientes.

LA ORGIA PERPETUA

En su libro La Orgía Perpetua, realmente tres ensayos sobre la Madame Bovary de Flaubert, el lector debe saber hablar español, y al mismo tiempo debe conocer el idioma francés. Mario Vargas Llosa, el autor, que es un buen escritor y al mismo tiempo un famoso escritor, una cosa rarísima en estos tiempos, es petulante en el libro, engreído, no sabemos si por inexperiencia, por inmadurez (tenía 39 años cuando lo publicó) o por afectación literaria. Una pena, puesto que su admiración por Flaubert parece ser muy profunda, y, sobre todo, sincera.

RENE RODRIGUEZ SORIANO

Les invitamos a la puesta en circulación de la novela "El Mal Del Tiempo", de René Rodríguez Soriano, este miércoles 8 de julio a las 6:30 p.m., en el Centro de la Cultura de Santiago. Además de poner a circular esta novela, René conversará con los asistentes sobre literatura, sobre todo acerca de su literatura y la literatura dominicana. Para más información, los interesados pueden llamar al Tel.: 809-226-5222

LA MUERTE DE MICHAEL JACKSON

Es difícil saber qué pensaba ese cantante y bailarín a la hora de morir, acostado en la cama de su mansión, agobiado por dolores físicos y espirituales. Como Marilyn Monroe, como Elvis Presley, como Jim Morrison, como cantidad de artistas y gente de la farándula, el medio que le daba de comer acabó por engullirlo. Un ser humano puede ser inmensamente infeliz a pesar de tenerlo prácticamente todo (por lo menos "todo" lo que nos ofrece la materia: comprarlo todo, tener toda la fama y la gloria), pero al mismo tiempo vivir en el vacío y la soledad. Aún no somos capaces de aceptar la diferencia, esa palabra tan de moda hoy día de democracias imperfectas: alguien realmente diferente es un fenómeno de circo, un "freak", como dicen despectivamente los norteamericanos. Una sociedad que vive de circos y de escapes peligrosos de la realidad (a través de los estupefacientes, de la fama que te justifica en una sociedad en la cual alguien anónimo está muerto), de gente que intenta llenar su vida vacía admirando hasta el delirio a alguien que trata de lidiar con su propio vacío. De gente que te juzga sin siquiera conocerte, que inventa fantasías felices o terribles sobre un ídolo a miles de kilómetros de distancia.
Paz a los restos de alguien diferente que quizás fue feliz solamente cuando escuchaba los gritos de admiración de un público dispuesto a amarlo incondicionalmente, y luego a odiarlo sin contemplaciones y sin piedad.

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