DIA DE LA RAZA
Un día como hoy, 12 de octubre, se cumple un año más del "descubrimiento" de América. Empezó, un día como hoy, el genocidio indígena por parte de los conquistadores, y luego miles de negros africanos fueron traídos a América como esclavos, lo cual, por razones históricas, les ha impedido hasta el día de hoy llegar al mismo nivel igualitario (económicamente, socialmente), que los blancos colonizadores. En la isla de Santo Domingo no quedó un solo indígena. A Mckandal, negro esclavo de la parte francesa de la isla, lo quemaron vivo porque lidereó una rebelión contra sus amos. A Tupac Amarú le amarraron las extremidades a cuatro caballos, y despedazaron su cuerpo. A Hatuey también lo quemaron vivo, aunque se le permitió un privilegio: escoger entre el cielo y el infierno. Escogió el infierno, porque lo prefirió a cambio de un cielo lleno de españoles.
En Guatemala, en Brasil, en Perú, en Colombia, aún somos testigos de masacres a indígenas. Cuando los colonizadores se marcharon, echados por guerras de independencia y rebeliones populares, dejaron a los países sin ninguna institución administrativa, puesto que las dirigían y organizaban ellos. Debido a razones históricas, nuestros países conquistados, colonizados y esclavizados todavía son naciones atrasadas. Y todavía intelectuales europeos, e instituciones internacionales, tienen el coraje de llamarnos "naciones fallidas".
Pero no podemos vivir en el pasado, a pesar de las miserias que nos dejaron los europeos, que son ambiciosos, como los norteamericanos. Hay que echar para alante. La corrupción que nos arropa hoy día tiene razones históricas, el desorden, las decisiones equivocadas de nuestros gobiernos. Pero yo no vivo en el siglo XVII. Yo vivo en el XXI. Y quiero que las soluciones sean del siglo XXI. El pasado no se puede cambiar. Pero podemos aprender de él. España, Italia, Grecia, Portugal, Francia, Estados Unidos, viven una crisis económica tremenda, pero nadie habla de ellos como "estados fallidos". Los países que hace 500 años saquearon el resto del mundo, otros que aún hoy pretenden mantener una hegemonía basada en el poderío militar o económico, nunca serán "estados fallidos". Millones de personas murieron debido a la conquista de América. Fueron despojados de sus tierras, fueron esclavizados. Pizarro, un analfabeto (los primeros españoles que llegaron al continente eran, en su mayoría, convictos, mercenarios, presos políticos y aventureros venidos a menos), conquistó a sangre y fuego el imperio inca, que tenía dos universidades, con un sistema de gobierno en el cual se mantenía a los envejecientes y a las madres solteras. Cuántos de nuestros gobiernos, el día de hoy, mantiene a sus ancianos y a las madres solteras? No vivimos en el s. XXI, en la "modernidad", en la era de los milagros tecnológicos? Un inca vivía en un sistema más igualitario que el nuestro.
Los aztecas, que eran imperialistas como los europeos, es decir que asesinaban o esclavizaban a los pueblos conquistados, vencieron a los conquistadores españoles. Tenochtitlán era la ciudad más grande del mundo de su época. Qué existe hoy día en "la región más transparente"? Un pueblo subdesarrollado que vive una guerra con el narcotráfico debido al consumo masivo de droga en su vecino Estados Unidos, uno de los países con más desigualdad social del mundo entero. Y los más pobres son los descendientes de los indígenas.
Así como el pueblo de Israel apela a cada momento al pasado alemán y al genocidio nazi, sobre todo ahora que se le acusa de oprimir al pueblo palestino, buscando simpatías a través de un sufrimiento y un dolor que no debe ser repetido, los latinoamericanos apelamos al recuerdo del genocidio indígena y al pasado esclavo. No eran, acaso, los barracones de los negros campos de concentración para trabajos forzosos? No fueron asesinadas y esclavizadas millones de personas? Eso no ha llevado al atraso y a la pobreza de millones de personas más, hasta el día de hoy? Y vamos a celebrar eso?
Proclamamos entonces que los estados fallidos son aquellos que conquistaron, colonizaron, saquearon los recursos naturales de nuestros países, y no han aprendido nada, porque hoy día millones de sus habitantes viven en la pobreza, en la indigencia, en el desempleo, en la crisis económica, a pesar de toda la riqueza que usufructuaron.
En Guatemala, en Brasil, en Perú, en Colombia, aún somos testigos de masacres a indígenas. Cuando los colonizadores se marcharon, echados por guerras de independencia y rebeliones populares, dejaron a los países sin ninguna institución administrativa, puesto que las dirigían y organizaban ellos. Debido a razones históricas, nuestros países conquistados, colonizados y esclavizados todavía son naciones atrasadas. Y todavía intelectuales europeos, e instituciones internacionales, tienen el coraje de llamarnos "naciones fallidas".
Pero no podemos vivir en el pasado, a pesar de las miserias que nos dejaron los europeos, que son ambiciosos, como los norteamericanos. Hay que echar para alante. La corrupción que nos arropa hoy día tiene razones históricas, el desorden, las decisiones equivocadas de nuestros gobiernos. Pero yo no vivo en el siglo XVII. Yo vivo en el XXI. Y quiero que las soluciones sean del siglo XXI. El pasado no se puede cambiar. Pero podemos aprender de él. España, Italia, Grecia, Portugal, Francia, Estados Unidos, viven una crisis económica tremenda, pero nadie habla de ellos como "estados fallidos". Los países que hace 500 años saquearon el resto del mundo, otros que aún hoy pretenden mantener una hegemonía basada en el poderío militar o económico, nunca serán "estados fallidos". Millones de personas murieron debido a la conquista de América. Fueron despojados de sus tierras, fueron esclavizados. Pizarro, un analfabeto (los primeros españoles que llegaron al continente eran, en su mayoría, convictos, mercenarios, presos políticos y aventureros venidos a menos), conquistó a sangre y fuego el imperio inca, que tenía dos universidades, con un sistema de gobierno en el cual se mantenía a los envejecientes y a las madres solteras. Cuántos de nuestros gobiernos, el día de hoy, mantiene a sus ancianos y a las madres solteras? No vivimos en el s. XXI, en la "modernidad", en la era de los milagros tecnológicos? Un inca vivía en un sistema más igualitario que el nuestro.
Los aztecas, que eran imperialistas como los europeos, es decir que asesinaban o esclavizaban a los pueblos conquistados, vencieron a los conquistadores españoles. Tenochtitlán era la ciudad más grande del mundo de su época. Qué existe hoy día en "la región más transparente"? Un pueblo subdesarrollado que vive una guerra con el narcotráfico debido al consumo masivo de droga en su vecino Estados Unidos, uno de los países con más desigualdad social del mundo entero. Y los más pobres son los descendientes de los indígenas.
Así como el pueblo de Israel apela a cada momento al pasado alemán y al genocidio nazi, sobre todo ahora que se le acusa de oprimir al pueblo palestino, buscando simpatías a través de un sufrimiento y un dolor que no debe ser repetido, los latinoamericanos apelamos al recuerdo del genocidio indígena y al pasado esclavo. No eran, acaso, los barracones de los negros campos de concentración para trabajos forzosos? No fueron asesinadas y esclavizadas millones de personas? Eso no ha llevado al atraso y a la pobreza de millones de personas más, hasta el día de hoy? Y vamos a celebrar eso?
Proclamamos entonces que los estados fallidos son aquellos que conquistaron, colonizaron, saquearon los recursos naturales de nuestros países, y no han aprendido nada, porque hoy día millones de sus habitantes viven en la pobreza, en la indigencia, en el desempleo, en la crisis económica, a pesar de toda la riqueza que usufructuaron.
El escritor dominicano Franz Manuel García Zorrilla ha obtenido el VI Premio Luis Adaro de Relato Corto por su obra Vamos por partes, de la que el jurado ha valorado "su agilidad narrativa y su sentido del humor, que lograr arrancar sonrisas al lector en las situaciones más rocambolescas".
Esta es la primera vez en la historia de estos galardones, concedidos por laAsociación de Escritores Noveles (AEN), que resulta ganador un autor hispanoamericano, ha informado la organización.
En este sentido, la presidenta de AEN, Covi Sánchez, ha opinado que esto demuestra "la internacionalización" del premio así como la posibilidad de que los autores noveles de Hispanoamérica "tengan visibilidad literaria en España".
El jurado, que ha elegido el relato de García Zorrilla entre más de 1.300 textos, ha estado constituido por el autor asturiano José Ángel Ordiz, el catedrático de Literatura, Gervasio Alegría Mellado, y el profesor de Literatura de la Universidad de Barcelona, Bernat Castany.
El galardón será entregado en una gala benéfica que la Asociación de Escritores Noveles organizará el 9 de noviembre en el Bal Hotel & Spa (Gijón) a favor de la Asociación Gijonesa de Caridad- Cocina Económica.
Este acto estará presidido por la consejera de Educación, Cultura y Deporte, Ana González, quien estará acompañada de otras autoridades y representaciones institucionales de la vida política, cultural, social, económica y empresarial del Principado de Asturias.
Durante este acto las pintoras Celia Álvarez y Carmina Blanco donarán dos obras que serán rifadas.
Fuente: 20minutos.es
Esta es la primera vez en la historia de estos galardones, concedidos por laAsociación de Escritores Noveles (AEN), que resulta ganador un autor hispanoamericano, ha informado la organización.
En este sentido, la presidenta de AEN, Covi Sánchez, ha opinado que esto demuestra "la internacionalización" del premio así como la posibilidad de que los autores noveles de Hispanoamérica "tengan visibilidad literaria en España".
El jurado, que ha elegido el relato de García Zorrilla entre más de 1.300 textos, ha estado constituido por el autor asturiano José Ángel Ordiz, el catedrático de Literatura, Gervasio Alegría Mellado, y el profesor de Literatura de la Universidad de Barcelona, Bernat Castany.
El galardón será entregado en una gala benéfica que la Asociación de Escritores Noveles organizará el 9 de noviembre en el Bal Hotel & Spa (Gijón) a favor de la Asociación Gijonesa de Caridad- Cocina Económica.
Este acto estará presidido por la consejera de Educación, Cultura y Deporte, Ana González, quien estará acompañada de otras autoridades y representaciones institucionales de la vida política, cultural, social, económica y empresarial del Principado de Asturias.
Durante este acto las pintoras Celia Álvarez y Carmina Blanco donarán dos obras que serán rifadas.
Fuente: 20minutos.es
EL CUENTO QUE CONTAMOS
“Entre las personas que se
dedican a la crítica y a la literatura en general, es muy común la opinión de
que el cuento es el más difícil de los géneros literarios. Sin embargo, los que
escribimos cuentos no compartimos en forma unánime ese criterio”. Estas
palabras las escribió don Virgilio Díaz Grullón en el año 1984.
A
lo que se refería don Virgilio en este artículo publicado en el periódico El
Nacional hace tantos años, era a que un buen cuento depende de un buen
escritor, y que lo difícil realmente es hallar un buen cuentista. El arte, en
este caso la Literatura, se resiste a toda clase de preceptiva. Todo intento de
sistematizarla es inútil. El lector, el gran olvidado, es quien tiene la última
palabra. Ni el crítico, que es un lector interesado y prejuiciado debido a su
excesivo conocimiento y a su voluntad de juzgar, ni el analista, ni el
investigador. Es decir, en el caso del cuento y continuando con don Virgilio, a
un cuentista nato le resulta fácil escribir un cuento, así como a un gran poeta
le resulta más o menos fácil escribir un poema. Para los fines de este
coloquio, podríamos entonces afirmar que es imposible aprender el talento o la
intuición, o lo que cualquier maestro del género llamaría el olfato, el
pálpito, pero sí es posible aprender una técnica, una artesanía, y esa técnica
servirá tanto al cuentista talentoso como a aquél que sólo redactará obras
ligeras que lo harán felices a él y a sus amigos, aunque sus amigos sean
millones de personas que crean que están leyendo algo importante, pero que, de
alguna manera, podríamos decir que se encuentran bien redactadas.
Un
cuento es, más que otra cosa, movimiento. Bueno, antes que nada es un género
literario de ficción escrito en prosa, que debe ser breve y conciso, etc., etc., pero un
cuento está basado en el movimiento, en el acontecer. Su capacidad de llamar la
atención se basa en ese movimiento, en que aquello que está escrito se mantenga
moviéndose, fluyendo, desde el principio hasta el final, lo cual significa que
en un cuento deben suceder cosas desde que empieza hasta que termina. Este
movimiento viene dado, por supuesto, debido a que la vida misma es así, lineal
y vertiginosa, y un cuento debe dar una sensación de vitalidad. Un cuento debe
ser breve, y con breve no quiero decir que debe tener dos o tres páginas, o
cuatro, sino que su brevedad debe estar dada por la concisión, por la escasez
de los recursos con que está escrito, y no al contrario. “Continuidad de los
Parques”, el famosísimo cuento de Cortázar, tiene apenas dos cuartillas, pero
“La Muerte de Iván Ilich”, de Tolstoi, tiene más de cincuenta. Ambos son
cuentos, por supuesto, pero “La Muerte de Iván Ilich” es un cuento más amplio
debido a que la historia lo requiere. No se puede contar la agonía y la muerte
de un hombre mediocre que no desea morir en dos o tres páginas, así como
Cortázar no tenía la necesidad de contar la historia de un hombre que lee una
novela en más de cincuenta. “Una Vuelta de Tuerca”, de Henry James, es un
cuento largo, pero es una narración que empieza como una historia oral, es
decir, un cuento que es narrado por alguien que desea contar una historia una
noche brumosa alrededor de una chimenea, y sin embargo, a pesar de su
considerable tamaño, recorre su camino certero hasta su final sorpresivo y
extraordinario, como la flecha lanzada por Quiroga en su famoso Decálogo del
Perfecto Cuentista.
¿Qué
significa que un cuento debe mantenerse siempre en movimiento? Quiere decir que
debe empezar con una acción y terminar con otra, con un suceso. El enemigo
principal del cuento es el tiempo, así como el tiempo puede cesar nuestra vida
y detenernos. La vida se encuentra hecha de tiempo, de movimiento, y un cuento
debe parecer lleno de vida; es conciso y breve, porque la extensión desmedida
detiene su camino y provoca una sensación de laxitud, de lentitud reflexiva que
provoca desinterés. Pero no significa, de ninguna manera, que debamos ser
específicamente esquemáticos. Mis cuentos, por ejemplo, en ese sentido son
atípicos: se aprende una artesanía para comenzar a transgredirla. Un cuento debe empezar con una acción,
pero, ¿quién determina qué tipo de acción debe ser? ¿Será extraordinaria,
sorprendente, nula, cotidiana; cómo debería ser? Bueno, precisamente, eso debe
decidirlo el escritor, sin dejar de pensar en un lector posible, en aquél que
él quisiera que leyera su historia. La Bhagavad Gita, uno de los libros
sagrados que componen Los Vedas, que se ha coincidido siempre en que son
precursores de lo que hoy llamamos “cuento”, empieza con una pregunta, y todo
el libro intenta responderse esa sola pregunta, a través de pequeñas historias;
“Una Vuelta de Tuerca” tiene dos principios: el principio del libro, que es el
de un hombre que va a contar un cuento de misterio, y que trata de atraer el
interés de sus oyentes, y el principio del cuento de misterio que ese hombre
está contando. Yo mismo tengo un cuento que tiene dos principios y dos títulos,
puesto que el cuento empieza con la explicación de que la historia que se leerá
se parece mucho al cuento de Juan Bosch “Rumbo al Puerto de Origen” (el primer
título es “Rosario, El Infame”), y luego se llega al título y al cuento que ya
he explicado que se parece al de Bosch (“El Otro Juan de la Paz”, lo nombré).
Aprovechando
la coyuntura, podemos hacer un ejercicio simple y realizar un breve recorrido a
través de varios principios de algunos cuentos de autores reconocidos, para que
se note más claramente lo que estoy indicando. Al mismo tiempo, podemos
examinar el estilo de cada autor, la forma en la que cuenta:
De “El Otro Cielo”, de Cortázar:
“Me ocurría a veces que todo se dejaba
andar, se ablandaba y cedía terreno, aceptando sin resistencia que se pudiera
ir así de una cosa a otra”.
De “El Sur”, de Borges:
“El hombre que desembarcó en Buenos
Aires en 1871 se llamaba Johannes Dahlmann y era pastor de la iglesia
evangélica; en 1939, uno de sus nietos, Juan Dahlmann, era secretario de una
biblioteca municipal en la calle Córdoba y se sentía hondamente argentino”.
De “Un Sueño Realizado”, de Juan Carlos
Onetti:
“La broma la había inventado Blanes;
venía a mi despacho –en los tiempos en que yo tenía despacho, y al café, cuando
las cosas iban mal y había dejado de tenerlo- y, parado sobre la alfombra, con
un puño apoyado en el escritorio, la corbata de lindos colores sujeta a la
camisa con un broche de oro y aquella cabeza –cuadrada, afeitada, con ojos
oscuros que no podían sostener la atención más de un minuto y se aflojaban en
seguida como si Blanes estuviera a punto de dormirse o recordara algún momento
limpio y sentimental de su vida que, desde luego, nunca había podido tener-,
aquella cabeza sin una sola partícula superflua, alzada contra la pared
cubierta de retratos y carteles, me dejaba hablar y comentaba redondeando la
boca: “Porque usted, naturalmente, se arruinó dando el Hamlet”.
De “Eveline”, de James Joyce:
“Sentada a la ventana vio cómo la noche
invadía la avenida”.
De “Sábado de Gloria”, de Mario
Benedetti:
“Desde antes de despertarme, oí caer la
lluvia”.
De “La Punta” de Charles D'Ambrosio:
“Me había quedado despierto después de
mi pesadilla, una pesadilla en la que mi padre y yo comprábamos globos de helio
en un circo”.
Etc., etc.
El
principio puede ser poético y contemplativo, como lo es el cuento de James
Joyce, largo y vertiginoso, lleno de incisos, como en el de Onetti, reflexivo y
que parece no decir nada, como en el de Cortázar, impactante, contradictorio,
como en el de Charles D'Ambrosio, extraño y corto, casi absurdo, como el de
Benedetti. ¿Qué significa esto? Que yo puedo empezar mi cuento de cualquier
forma, siempre y cuando ese principio posible implique un movimiento, un fluir,
que dé el tono del cuento y que debe permanecer hasta el final. Cada gran autor
cuenta de forma diferente. ¿Cómo son los cuentos de Chejov?, son historias
ordinarias en las cuales los personajes recorren sin aspavientos sus vidas
mediocres, sus cotidianidades; ¿cómo son los de Bioy Casares, o los de Borges?,
son cuentos fantásticos en los cuales suceden hechos extraordinarios,
inusuales, artificiales; ¿cómo son los de Edgar Allan Poe?, son historias
extraordinarias en las que a veces intervienen fuerzas metafísicas,
sobrenaturales. Todos ellos cuentan cosas disímiles, algunas comunes,
cotidianas, mediocres; otras extraordinarias, fantásticas, sobrenaturales;
algunas bellas y poéticas, otras terribles, atroces, desconcertantes. Pero
todos ellos son grandes cuentistas.
Ahora
bien, debemos tomar en cuenta además que un cuento es un hecho producido por el
lenguaje. Aunque proyecte la ilusión de vitalidad, lo que leemos son palabras;
José Donoso va más lejos y le advierte a su lector que el libro que tiene entre
sus manos está hecho de manchas de tinta sobre un papel. Es decir: el
conocimiento profundo del lenguaje nos hará mejores escritores, puesto que el
medio a través del cual el narrador cuenta sus historias es el idioma. Un
narrador no es como un poeta, que piensa en el lenguaje en sí mismo para crear;
es decir, para un poeta las palabras son como flores que debe plantar para
llenar su jardín, o árboles que, juntos a tal o cual distancia, conformarán un
bosque. El narrador piensa en una historia, y construye su historia con
palabras. Cuando el poeta trata de escribir su poema, piensa en las palabras
que conformarán el poema; no piensa en el tema, ni se detiene siquiera en el
objeto que provocará su catarsis verbal; debe pensar en las palabras que
edificarán su poesía. El narrador lo hace al contrario: empieza por inventar,
crear una historia en su cabeza, independientemente de cómo será contada, y
luego, cuando cree que esa historia necesita ser dicha, se sienta a escribir, y
entonces brotan, prácticamente por sí mismas, las palabras. El problema es,
como nos dice Umberto Eco, que un narrador debe contar una historia, y a veces
la historia en sí misma es más importante que la forma en que está contada,
como sucede con Alejandro Dumas, Julio Verne o H. G. Wells. Aunque, al final,
el medio en el que se mueve el narrador siempre es el lenguaje, y por lo tanto
debe conocerlo profundamente.
Entonces
tenemos ya varias características del cuento que repiten hasta la saciedad los
maestros del género, y que ha sido escrito en anteriores manuales, ensayos,
tratados y decálogos: un cuento debe ser tan breve como lo requiera mi
historia; debe ser conciso, sin adornos, perífrasis, accesorios, descripciones,
reflexiones innecesarias; debido a que un cuento es un género literario, debe
estar escrito con un lenguaje impecable, gramaticalmente exacto,
sintácticamente perfecto, o por lo menos hasta el límite en que la capacidad
del escritor o la imperfección propia de todo lenguaje nos lo permita.
Entonces,
ya al final, nos detendremos brevemente en la última virtud que debe tener todo
cuento, y que lamentablemente no se encuentra dada por la preceptiva, porque no
depende de la técnica. Esa cualidad tiene que ver con la capacidad expresiva
del autor, es decir, la necesidad del escritor de expresarse a través del
lenguaje, a través de él como si penetráramos en un fluido, en el aire o el
agua, por ejemplo, sin instrumentalizar ese lenguaje, y por lo tanto sin
corromperlo. Un escritor no cuenta solamente una historia, sino que se expresa
a través de ella, muestra al lector su visión particular del mundo, del alma
humana, de la realidad. La estructura del mundo es sumamente complicada, su complejo
armazón no solamente material sino metafísico y existencial, ontológico: un
escritor se hace preguntas sobre esa complejidad, aunque su función no es dar
respuestas. Trata de expresarse con el lenguaje; un poeta lo hace a través del
verso, un narrador nos cuenta una historia. Realmente, todo narrador trabaja
con un principio pedagógico, en la acepción menos usada de la palabra: el
escritor trata de mostrar algo que él piensa que ha descubierto, pero que es
posible que sus lectores ignoren. Trata de enseñar, en el sentido de que
mostrar es uno de los sinónimos de enseñar. Umberto Eco nos dice que algunas
poéticas de la narratividad sostienen que el lector aprende algo sobre el
mundo; otras, que aprende algo sobre el lenguaje; pero siempre aprende. En todo
caso, el escritor trata de llamar la atención sobre algo que a él le interesa,
y que piensa debe convertirse en una preocupación colectiva, por eso lo
comparte con sus lectores. A veces lo que le interesa brota de manera
inconsciente, y a esa manifestación espontánea le llamamos intuición; otras
veces el escritor narra con conocimiento de causa, conciente de lo que escribe
y de lo que quiere decir. Un escritor que no se expresa, y que sólo le preocupe
escribir artificios técnicamente impecables, artilugios extraordinarios,
brillantes y hermosos, pero carentes de vitalidad (la vida es la materia prima
de un cuento), es posible que gane muchos concursos literarios, pero no podrá
crear una obra de arte. Un cuento debe contener la vida que nos rodea, el alma del
escritor y su visión de la realidad, lo que ha sido dicho cientos de veces,
pero como nos dice Gide, y reitera Cortázar, hay que seguirlo repitiendo porque parece que nadie
escucha, y considero más loable expresarse de manera imperfecta, pero sincera y
total, que poseer una técnica impecable que nos permita decir absolutamente
nada, crear historias vacías, carentes de toda humanidad.
Máximo Vega.
LAS TRIBUS: LOS LIBORISTAS
LOS LIBORISTAS:
A Rafael Almánzar,
folklorista.
En la República Dominicana, en la provincia de
San Juan de la Maguana, se encuentra el municipio de Las Matas de Farfán. En
esta comunidad rural, pequeñísima, ínfima, olvidada a veces por los cartógrafos
oficiales que tienen dificultades para diagramar la mitad de una isla tan
pequeña y tan dividida (en infinidad de comunidades, pueblos, municipios,
ciudades, provincias), nació Olivorio Mateo. Tuvo una existencia normal, sin expectativas
y sin riquezas. Pero una noche, cuando contaba ya con cincuenta y siete años,
Olivorio desapareció repentinamente sin dejar rastro. Su desaparición súbita
coincidió con una tormenta eléctrica. Dos meses después reapareció
espectacularmente, llevando un cordón dorado amarrado en la frente, diciendo
que había hablado con Dios, como aquel Jacob que en el desierto se rompió la
cadera peleando con un ángel del Señor: Olivorio había luchado con San Antonio,
que le quebró en la pelea dos dientes delanteros. San Antonio Esclarecido, en
pago a los trece milagros que había realizado, fue escogido por el Señor para
que buscara a un hombre santo que lo representara en el mundo (es decir, que
representara a Jehová aquí en la tierra). El hombre encontrado fue Olivorio
Mateo, que se atrevió a luchar contra San Antonio, cuando éste le preguntó si
estaba dispuesto a morir de la forma en que lo hizo Jesucristo (Olivorio le
contestó: Siete veces siete si es necesario). San Antonio Esclarecido le cambió
el nombre a Liborio, como se hizo una vez con Abraham, le confirió poderes y le
encomendó la tarea de enfrentar al Anticristo y salvar a la humanidad, que se
encontraba pervertida por Satanás. Esto sucedió en el año 1911.
A partir del 1916, la República Dominicana fue invadida por tropas
norteamericanas. Debido a que los invasores se oponían a su mesianismo -así
como se oponían, por razones obvias, a cualquier reunión excesiva de personas,
sea por la razón que fuere-, e intentaban aislarlo exclusivamente a Las Matas
de Farfán (Liborio pretendía extender su ministerio por todo el mundo), el
Revelado se alzó con sus seguidores en los montes de San Juan de la Maguana,
hasta que, producto de una traición (como hizo Judas con Jesús), el teniente
Luna -dominicano -, y el teniente Williams –estadounidense -, lo encontraron,
lo rodearon, lo asesinaron a balazos, lo destazaron con un cuchillo, y lo
exhibieron hecho jirones en el parque de San Juan de la Maguana. Liborio murió
en Hoyo del Infierno, Bánica, el 22 de mayo de 1922.
Treinta y ocho años después, en el 1960, luego del ajusticiamiento
del dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina, dos hermanos reciben la misma
revelación en lugares diferentes. El primero, Plinio Ventura Rodríguez, llamado
a partir de su renacimiento Plinio Mesías, era extrovertido y carismático,
altanero y valiente; el segundo, León Rodríguez, introvertido y tranquilo,
misterioso y lejano. Ambos recibieron la encomienda divina de fundar una
iglesia nueva. El llamado lo hizo Liborio, que se les apareció el mismo día a
la misma hora en sitios diferentes. Recibieron de él, también, una serie de
privilegios: León tenía el poder de curar enfermedades, y Plinio de organizar a
la gente del mundo a su alrededor. Fundaron la Unión Cristiana Mundial (U.C.M.),
y un centro misionero llamado Palma Sola, puesto que una palma sería el símbolo
sagrado de la unidad religiosa universal. Su Mesías no era Jesús, o no era
solamente Jesús, sino que era, también y sobre todo, Liborio.
Liborio no era un Mesías al estilo del Cristo, es decir que no era
Dios encarnado ni hijo del Señor, sino que lo era como Mahoma o Moisés; era más
bien un profeta. Según los hermanos, llamados “mellizos” aunque no lo eran
realmente, Liborio en persona les había manifestado las leyes de la doctrina,
que de inmediato fue marginada por la iglesia oficial, la católica. Los dogmas
procuraban diferenciar a la nueva iglesia de todas las demás, sobre todo del
antiguo catolicismo. Según los dogmas nuevos y revelados, como los diez
mandamientos a Moisés, o el Corán al Profeta, puesto que Liborio era analfabeto
como Mahoma, Dios no es el principio de todas las cosas, sino que fue creado
por siete misterios anteriores a El. La iglesia católica cree que hay que
evangelizar, mientras que la U.C.M. pensaba que uno ya nace salvado o condenado
(“para ser, hay que nacer”), aunque predicaba su doctrina agresivamente, no
para salvar, sino para informar. Según ellos, los romanos no construyeron la
cruz de acuerdo al cuerpo humano, para hacer más prácticas las crucifixiones,
sino que el cuerpo fue creado con la forma de una cruz, que es el símbolo del
cristianismo desde antes de la creación de la humanidad, así como se sabía
desde antes del tiempo que Jesús moriría encima de ella. La U.C.M. hace lo que
predica, la iglesia católica no.
Los mellizos crearon en Palma Sola un centro de peregrinación. Los
peregrinos acudían al centro ministerial sin ser llamados, y los Sumos
Sacerdotes (Plinio y León), sabían quién creía realmente y quién no con sólo
verlo. Mezclaron los ritos cristianos con ceremonias africanas, y la apoteosis
de la creencia se realiza, llega a completarse como un todo perpetrado por
Liborio, cuando la familia Ventura Rodríguez, a la cual pertenecían los
hermanos, regala todas sus tierras a los campesinos, para que puedan fundar una
comunidad cerrada y exclusiva, entre los peregrinos y los pastores de la U.C.M.
Estas tierras tenían una extensión de más de veinte mil tareas.
Realmente, los terrenos de la zona no estaban medidos, y toda esa
tierra, heredada de sus padres, no tenía título de propiedad. Los terratenientes
del Sur del país presionaban continuamente al gobierno provisional, luego de la
muerte del dictador, para que censara a la población, tomara para sí la tierra
pública, del estado, y desalojara a todo aquel campesino que no tuviese título
de propiedad. Ellos ambicionaban la tierra de Palma Sola: veinte mil tareas que
no pertenecían a nadie, sólo a unos campesinos sin papeles miembros de una
secta que idolatraba al papa pero combatía a la iglesia católica. La iglesia
oficial también se oponía al crecimiento de la secta, puesto que, como los
Cátaros, los Liboristas eran herejes sumamente convincentes.
En 1962, la comunidad había crecido tanto que en una sola de las
peregrinaciones se aparecieron cinco mil personas. La multitud de tullidos,
enfermos terminales, leprosos y mujeres estériles que pretendía ser curada llevó
hasta la comunidad una nueva noticia: se preparaban las primeras elecciones
libres postrujillo; Plinio dijo en un sermón que él no era un político, que no
le interesaban las elecciones. Poco tiempo después se corrió la voz de que
Plinio y León predicaban que ninguno de sus seguidores debía ir a votar; es
más, que el mismo Plinio quería ser presidente de la república. Se corrió el
rumor de que los peregrinos se habían adueñado prácticamente del municipio, y
que a las autoridades locales y a los sacerdotes católicos nadie les hacía caso.
Se corrió el rumor de que los hermanos simpatizaban con el anterior régimen
trujillista, y que su verdadera misión en el país era política, no religiosa.
Un contingente de soldados fue enviado a Palma Sola el 28 de diciembre de 1962.
En este punto las versiones son sumamente confusas. Se supone que los
peregrinos percibieron la agresión como una Cruzada contra su herejía. Cuando
llegó el ejército, todo el pueblo se había arremolinado alrededor de los
mellizos. Los soldados, adiestrados en la represión por el dictador,
pretendieron llevarse a los hermanos por la fuerza; los fieles trataron de
impedirlo a pedradas, puesto que en el Centro Misionero se encontraban
prohibidas las armas. El ejército, experto en tácticas terribles, empezó a
disparar de inmediato. La multitud se dispersó despavorida, pero ya había caído
muerta más de un centenar de personas.
A algunos de los peregrinos se les obligó a identificar a los
miembros de la familia Ventura Rodríguez: fueron fusilados en el acto. Más de
seiscientas personas fueron apresadas. Los militares robaron todo lo que
pudieron, tiraron a algunos muertos en letrinas y a otros los enterraron en fosas comunes, y les
prendieron fuego a los bohíos.
Entre
los caídos se encontraba León, que le había profetizado a su hermano que algo
así ocurriría tarde o temprano. Plinio, que se enfrentó desde el principio a
los soldados, cayó herido de gravedad. En medio de la confusión, fue llevado
hasta un bohío lejano por algunos fieles, y allí murió. Antes de partir, pidió
a uno de los que velaban que transcribiera sus últimas palabras: quería dejar
algo tangible a la posteridad. Plinio Mesías, antes de morir, dijo: “No puedo
manchar mis manos con vida ajena, pero tampoco la tierra beberá mi sangre. Voy
a desaparecer, y me llevan a un sitio que no sé cuál es. Seguiré vivo, llegarán
grupos, no los enfrenten, el que los enfrente perderá su vida”.
Esas palabras significaron la continuación, hasta el día de hoy, de
la Unión Cristiana Mundial. Todavía existe, en las Matas de Farfán, con sus
sacerdotes y sus peregrinos, sus dogmas y sus recuerdos atroces. Algunos de sus
ministros me confían que han hablado con Liborio y con Plinio y con León (“de
tú a tú”, me dicen, “como usted y yo ahora mismo”), pero, ¿qué puede pensar un
espíritu escéptico como el mío? Me gustaría creer: me gustaría pensar que
Plinio y León y cien de sus fieles fueron salvados por el Señor, que sus
asesinos creyeron una ilusión, que al final Dios los transportó a su paraíso.
La tragedia de Palma
Sola tuvo una raíz social; estuvo ligada, como todo, a la política y a la
economía. Si Sandino o Bolívar hubiesen provenido de una religión, hoy fuesen
objetos de culto de alguna secta mesiánica, que pregonaría que no están
muertos, que sus santidades les conceden peticiones fáciles de cumplir hasta
por un simple mortal. Liborio y los mellizos fueron víctimas de una estructura
terrenal, aunque quiero creer que engañaron a sus victimarios, que fueron superiores
a sus asesinos, y, por supuesto, que algún día volverán.
Muere la joven embarazada dominicana a la que no trataron un cáncer por miedo al aborto
Por Thomas Castroviejo | Gaceta trotamundos – lun, 20 ago 2012
Rosa Hernandez habla con las cámaras de CNN"Me han matado. Estoy muerta, muerta, no soy nada. Ella era el motivo de mi existencia. Ya no vivo. Rosa ha muerto. Que el mundo sepa que Rosa ha muerto".
Esta es la historia de tres muertes. La primera es la de Rosa Hernández, una mujer dominicana que, como deja claro en la declaración anterior, se considera muerta en vida. El motivo de esa dura declaración es la segunda muerte de esta historia: la de su hija de 16 años, que fallecía la semana pasada en el hospital SEMMA de Santo Domingo, de un caso muy grave de leucemia. Y la muerte de esta chica se debe a la tercera víctima de esta historia: el feto de apenas semanas que llevaba la paciente, que había impedido que la madre recibiera la quimioterapia que podría haberla salvado porque este tratamiento hubiera terminado con la vida del futuro bebé. Lo cual podría considerarse una forma de aborto, algo que está prohibido en la constitución dominicana desde 2009 en un artículo, el 37, que no entiende de excepciones, ni por violación o incesto.
La paciente anónima sí recibió tratamiento, pero cuando ya era demasiado tarde. Durante semanas, la sociedad dominicana debatió si intentar salvarle a la vida a la madre a costa de la de su hijo sería lícito o no. El matiz iba más allá de lo moral: los médicos se negaban a intervenir sin algún tipo de aprobación, por miedo a las represalias que podría traerles a ellos tomar esa decisión. Para cuando se les dio el visto bueno, habían pasado 20 días desde que la chica fue ingresada en el hospital. En esas casi tres semanas, durante las cuales la salud de la joven había ido empeorando inexorablemente, dio tiempo a formar y reunir a un comité de bioética, encargado de dar la aprobación; a consultar al ministro de Sanidad (se pronunció a favor del tratamiento) y al creador del famoso artículo 37.
El cuerpo de la niña, a la que los medios han llamado Esperancita, rechazó la transfusión de sangre que debía prepararla para reaccionar al tratamiento. Después, no respondió a la quimioterapia y su salud empeoró. El viernes pasado perdía al niño y, al poco, se le detuvo el corazón. A partir de ahí, los médicos fueron incapaces de revivirla, confiesa el doctor Antonio Cabrera, representante legal del hospital.
Todavía es pronto para determinar si el trágico desenlace reavivará el debate sobre el aborto en la República Dominicana. Durante estas semanas, la historia de la adolescente embarazada y enferma de cáncer ha servido para que organizaciones como Amnistía Internacional hablen sobre cómo leyes como ese artículo 37 aumentan la mortalidad infantil y obligan a las mujeres a irse al extranjero a terminar su embarazo de todas formas. Ahora que ya no se puede hacer nada por la joven, tal vez su destino sea vivir para siempre convertida en moraleja.
Fuente: Daily Mail
El Libro de los Ultimos Días
Por Arlyn Desire Abreu
En esta oportunidad quiero compartir unas palabras sobre el último título publicado por el escritor santiagués Máximo Vega.
El Libro de los Ultimos Días es un compendio de ensayos y artículos donde el autor comparte sobre diversos tópicos. Está subdividido en dos grandes temas que el artista ha nombrado los amores clandestinos y las costumbres estériles. Como el creador indica en las páginas introductorias del libro: pretende celebra el lenguaje y la imaginación.
En las líneas de "El Libro de los Ultimos Días" nos encontramos con la sinceridad de un artista que busca compartir sus ideas. Sin embargo, aclara que su fin es criticarlo todo.
Las páginas de "los últimos días" nos sumergen en lo más hondo del autor, pues existe un acercamiento en algunos textos que hiciera de su voz la de cada persona, pero no porque se esté de acuerdo necesariamente con lo que escribe, sino por la sinceridad y sencillez en la utilización del lenguaje. Pero esta sencillez no hace de la obra simples palabras, sino que la convierte en un canal de empatía con lo humano. Máximo hace de sus páginas un libro profundo que navega en las preocupaciones más sencillas, pero a la vez más trascendentales del ser humano.
Vega nos presenta el arte como un vehículo de salvación a la locura. La imaginación como fuente de felicidad.
Un autor que con sus palabras trata temas tan controversiales como la identidad de un pueblo. Que nos habla de Dios y presenta su cosmovisión de las palabras, de la vida. Sus reflexiones sobre la existencia siempre salen a relucir como el humano en medio de la creación misma: eso encontramos en el Libro de los Ultimos Días: un diálogo franco, no para enjuiciar, sino para disfrutar, como todo arte, revivir algunas lecturas, algunos personajes y sobre todo renovar sentimientos.
(tomado de la revista Mythos)
En esta oportunidad quiero compartir unas palabras sobre el último título publicado por el escritor santiagués Máximo Vega.
El Libro de los Ultimos Días es un compendio de ensayos y artículos donde el autor comparte sobre diversos tópicos. Está subdividido en dos grandes temas que el artista ha nombrado los amores clandestinos y las costumbres estériles. Como el creador indica en las páginas introductorias del libro: pretende celebra el lenguaje y la imaginación.
En las líneas de "El Libro de los Ultimos Días" nos encontramos con la sinceridad de un artista que busca compartir sus ideas. Sin embargo, aclara que su fin es criticarlo todo.
Las páginas de "los últimos días" nos sumergen en lo más hondo del autor, pues existe un acercamiento en algunos textos que hiciera de su voz la de cada persona, pero no porque se esté de acuerdo necesariamente con lo que escribe, sino por la sinceridad y sencillez en la utilización del lenguaje. Pero esta sencillez no hace de la obra simples palabras, sino que la convierte en un canal de empatía con lo humano. Máximo hace de sus páginas un libro profundo que navega en las preocupaciones más sencillas, pero a la vez más trascendentales del ser humano.
Vega nos presenta el arte como un vehículo de salvación a la locura. La imaginación como fuente de felicidad.
Un autor que con sus palabras trata temas tan controversiales como la identidad de un pueblo. Que nos habla de Dios y presenta su cosmovisión de las palabras, de la vida. Sus reflexiones sobre la existencia siempre salen a relucir como el humano en medio de la creación misma: eso encontramos en el Libro de los Ultimos Días: un diálogo franco, no para enjuiciar, sino para disfrutar, como todo arte, revivir algunas lecturas, algunos personajes y sobre todo renovar sentimientos.
(tomado de la revista Mythos)
MÁXIMO VEGA, fue soldado del ejército entrerriano en la Batalla de Caseros y juramentó la Constitución Argentina en Paraná el 9 de julio de 1853; casó con TERESA CÚNEO, fallecida el 4 de diciembre de 1886, sepultada en el Cementerio Antiguo, natural de Paraná, vecino de Villa Urquiza; la chacra que ocupaban se ubicaba en la conceción Nº 6 de la delineación de Colonia Nueva; sus vecinos más cercanos eran: Antonio Martínez al sudeste, Anita Pérez al este, Remigio Rodríguez y Domingo Morel al noreste, Basila Vega al noroeste y Juan Esteban García al oeste (Plano de 1877); sus hijos fueron:
1.- Isidro Vega, nacido el Paraná por 1857, vecino de la Villa , carrero, no sabía leer ni escribir; casó en la Capilla de La Providencia el 15 de mayo de 1895 con Edubriges Palacios, viuda de Nicolás Taborda, nacida por 1845, natural de Paraná, (vecina al este de Isidro Vega), fallecida el 11 de diciembre de 1905, sepultado en el Cementerio Antiguo Villa Urquiza, siendo testigos Luis Restano y Natalia Díaz.
2.- Facunda R. Vega, nacida por 1862, no sabía leer ni escribir, tenía cuatro hijos (1895); casó por 1887; sus hijos fueron:
2.1.- Dolores Vega, nacida por 1891.
2.2.- Fidela Vega, nacida por 1893.
3.- Lucila Vega, nacida por 1875, soltera, costurera, no sabía leer ni escribir (1895).
CONCURSO DE CUENTO
Revista Puesto
de Combate
Sociedad de la Imaginación
Autores-Editores
Carrera 3 No. 10-89 La Candelaria Bogotá- Col.
Tel 4817002 Cel. 312 376 8380
e-mail: milciadesarevalo@gmail.com
TERCER
CONCURSO NACIONAL DE CUENTO CONTEMPORÁNEO
REVISTAS
PUESTO DE COMBATE Y CUATROTABLAS
Con motivo de los 40 años de divulgación cultural,
las revistas PUESTO DE COMBATE y CUATROTABLAS,
convocan a los escritores
colombianos y extranjeros a
participar en el Tercer Concurso Nacional de Cuento Contemporáneo de acuerdo a las siguientes
BASES:
1. Podrán participar todos los escritores colombianos y
extranjeros residentes en Colombia, con un (1) cuento original, inédito, tema
libre que no haya sido publicado ni esté participando en otro certamen literario.
2. Los cuentos tendrán un mínimo de 6 páginas y un máximo
de 12, en papel tamaño carta, a doble espacio, en letra Time New Roman 12
puntos. Los cuentos deberán ser enviados a: Tercer Concurso Nacional de
Cuento Contemporáneo Revistas Puesto de Combate y Cuatrotablas. Carrera 3 No. 10-89 Barrio La Candelaria -- Centro. Tel 481
7002. Bogotá-Colombia.
3. Los concursantes deberán enviar el cuento en un
sobre con tres (3) copias idénticas,
firmadas con seudónimo. En sobre aparte, marcado con el nombre del cuento y el seudónimo, el nombre completo del participante, la
identificación del autor, fotocopia de la Cédula de ciudadanía, teléfonos,
dirección electrónica y datos
bibliográficos.
4. El jurado estará integrado por tres escritores que
se nombraran oportunamente. El jurado elegirá el Primero, Segundo y Tercer Premio, así como dos menciones honorificas.
5. Se otorgará un millón de pesos ($ 1.000.000) al
Primer Premio, Quinientos
mil pesos ($500.000) al Segundo Premio y Quinientos mil pesos ($500.000) en
libros al Tercer Premio. Los
cuentos ganadores, junto con los cuentos que reciban mención honorifica y los que
señale el jurado, recibirán un Diploma y serán publicados de común acuerdo
entre las entregas No. 79 de Puesto de Combate, y el No. 14 de CUATROTABLAS, las
cuales estarán circulando en la 26ª Feria Internacional del Libro de Bogotá
2013.
6.
Las revistas no se harán
responsables de la devolución de los cuentos no ganadores ni tendrán ninguna
comunicación.
Fecha de Apertura: Junio 30 de 2012
Cierre:
Septiembre 30 de 2012
Fallo:
Se dará a conocer el 9 de Noviembre de 2012, en
desarrollo de las actividades
conmemorativas del primer año de existencia del
CENTRO CULTURAL CUATROTABLAS, en
Garzón Huila.
Comité organizador:
PUESTO DE COMBATE CUATROTABLAS
Milcíades Arévalo Amadeo González Triviño
Director
Director
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